Mal latente y permanente

Mal latente y permanente

A la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) le asiste toda la razón cuando considera que en el país ha fracasado el combate contra la corrupción. Un buen aval para esta afirmación es la frustración que en reiteradas oportunidades ha sobrecogido a quienes  han dirigido lo que alguna vez se llamaba Departamento de Prevención de la Corrupción (Depreco) y que de un tiempo a esta parte se identifica como Dirección de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA). El cambio de nombre y de rango no ha producido cambios significativos en la materia que concierne a esta dependencia del Ministerio Público.

Los expedientes por corrupción, elaborados primero por el Depreco y ahora por la DPCA han seguido el mismo destino. No se conoce fallo alguno emitido por tribunal competente para llevar al término aspirado alguno de los expedientes sometidos. Por otro lado, es pobre el aporte de piezas de soporte para estos expedientes, de parte de organismos especializados en la fiscalización de cuentas nacionales. No hay que pertenecer a Finjus ni a la oposición política para percibir la débil posición de la justicia frente a la corrupción. El director de Aduanas, el superintendente de Seguros y el senador por Peravia han percibido desde sus cargos oficiales que la corrupción tiene posición dominante y es una gran tara moral para el Estado.

Una selección que nos regocija

Radhamés Gómez Pepín, director del vespertino El Nacional, ha sido seleccionado ganador del Premio Nacional de Periodismo. Es un  justo reconocimiento a sus altos méritos como comunicador que ha hecho aportes significativos a la sustentación de las libertades públicas desde los tiempos de fiera intolerancia política hasta nuestros días. En su  ejercicio profesional de más de medio siglo, Gómez Pepín ha sido un decano que ha influido en la buena formación de decenas de periodistas.

Desde su posición de  director de varios medios radiales y escritos que ha ostentado en su extensa carrera,  Gómez Pepín ha sido un apasionado y persistente buscador de la verdad para servirla sin temor con toda su crudeza y matiz. Su firmeza en este aspecto le ha granjeado enemistades gratuitas en aquellos sectores  que aspiran a sepultar la  verdad y la libertad de información. Su selección es un acto de justicia que enorgullece al periodismo nacional.

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