POR ENRIQUE ROJAS
De ESPNdeportes.com
MIAMI.- Producto de una mala asesoría de sus manejadores, el torpedero dominicano Miguel Tejada ha cometido dos errores garrafales en la novena entrada que podrían afectar la buena imagen que construyó a base de trabajo y sacrificio desde los inicios de su carrera.
Para República Dominicana y el béisbol de las Grandes Ligas, Tejada es el ejemplo perfecto de superación, entrega, dedicación y caballerosidad. Un modelo para inspirar a los demás.
Nacido en un barrio muy pobre del sur de República Dominicana, Tejada ha escalado hasta lo más alto del mundo del béisbol y en su recorrido solamente había sembrado valores positivos, ganándose el reconocimiento y respeto de sus colegas, los aficionados y la prensa.
El mejor torpedero (onza por onza) del béisbol se ponchó con las bases llenas con el juego empatado en la novena entrada cuando dijo a un periodista (en este caso, Dionisio Soldevila, actual corresponsal de la agencia AP en Santo Domingo) que deseaba salir de los Orioles de Baltimore. Cambiar de escenario fue la frase concreta.
El reclamo fue confirmado a este columnista por uno de los manejadores de Tejada por lo que quedaba claro que no era una declaración repentista, producto de un mal momento, sino un plan preconcebido.
En su solicitud de canje, Tejada señalaba que estaba cansado de perder con los Orioles y que no le gustaba el rumbo del club. El gran pelotero indicó que el conjunto no estaba haciendo los movimientos adecuados para salir de los últimos puestos.
Por supuesto, el análisis no fue justo. Además de que le garantizaron 72 millones de dólares por seis años a Tejada, los Orioles también gastaron decenas de millones en adquirir al receptor Javy López, el relevista Steve Kline y el jardinero Sammy Sosa y mantener al lanzador Sydney Ponson, el inicialista Rafael Palmeiro y el jardinero B.J. Surhoff.
El hecho de que los compañeros de Tejada no respondieran ni en un tercio de lo que se esperaba de ellos es otra historia. Pero el peor error de Tejada, el que realmente lanzó el resultado del partido de su carrera por la borda, fue el que cometió cuando trató de desmentir lo que había dicho.
Nunca dije que quería ser cambiado, solamente dije que quería un mejor equipo en Baltimore y que no quiero volver a perder como en los últimos dos años, dijo Tejada a un canal de televisión de Baltimore.
La estrategia, que por supuesto no fue planeada por Tejada, es vieja.
Desde tiempos inmemoriales, los atletas de alto rendimiento, las estrellas del espectáculo y los políticos, entre otros grupos, han utilizado a su antojo los medios de comunicación para conseguir sus propósitos.
La forma más antigua es dar una declaración supuestamente exclusiva, provocar una reacción y luego desmentir la declaración. Es un negocio redondo para el entrevistado, puesto que revela sus sentimientos, consigue sus propósitos y deja un ambiente de víctima mal interpretada en el aire.
Y lo peor del caso es que eso seguirá sucediendo por los siglos de los siglos, puesto que cada vez más se convertirá en práctica común y lamentablemente, los medios seguiremos detrás de esas exclusivas.
Mientras Tejada desmiente sus declaraciones, sus agentes siguen presionando a los Orioles para que muden al jugador, preferiblemente a un equipo de la División Este de la Liga Americana que no sean los Yankees de Nueva York (porque tienen a Derek Jeter y Alex Rodríguez), ni Toronto (porque juegan en Canadá), ni Tampa Bay (porque son sotaneros). Por favor, chequee el circuito para calcular las opciones restantes.
Independientemente de que siga jugando en Baltimore o sea transferido a los Gigantes de Yomiuri en el béisbol japonés, la verdadera secuela de todo este proceso será el deterioro de la imagen del jugador, mientras que los responsables de haberlo expuesto a esta situación, seguirán asesorando a otros y planeando más declaraciones exclusivas.