Mala calidad gasto obstaculiza desarrollo

Mala calidad gasto obstaculiza desarrollo

1. El Gobierno está empeñado en dinamizar la economía y para ello ha puesto en marcha una política de expansión del gasto, ¿cree usted que esta es la respuesta adecuada a la falta de dinamismo y a la baja de los ingresos que sufre la economía dominicana en estos momentos?

La expansión del gasto es la receta adecuada en períodos de estancamiento o recesión, lo que en el lenguaje de los economistas se denomina política anticíclica. El punto es de qué tipo de gasto estamos hablando. 

El aumento al presupuesto de 2010, equivalente alrededor de 12% respeto al de 2009, pudiera contribuir a dinamizar la economía. Sin embargo, por la conducta hasta ahora exhibida por el Gobierno, existe un riesgo bastante alto de que una elevada proporción del presupuesto se destine a gastos superfluos, lo que daría lugar a un espejismo de reactivación, una dinamización espuria, que en corto tiempo podría conducir a mayores restricciones para hacer frente a la carga de la deuda.

Lo conveniente sería que la reactivación se focalizara en el mejoramiento de la infraestructura y servicios de salud y educación, agua potable, viviendas en áreas de alta vulnerabilidad y otras inversiones de igual naturaleza. Según un artículo que recibí del colega Fernando Pellerano, el economista H. Minsky, con el mérito de haber pronosticado la actual crisis financiera y económica global, planteó que la reactivación económica debe orientarse a beneficiar a los pobres y a los obreros menos cualificados, en lugar de grandes obras de infraestructura. Si esto es válido para países desarrollados, más aún para países como el nuestro, con un nivel de pobreza muy alto.

2. En su opinión, esta falta de dinamismo que presenta la economía dominicana y la baja en los ingresos fiscales, ¿es consecuencia directa de la crisis financiera global o  hay otros factores envueltos?

No hay dudas, la crisis global es la principal causa de la reducción de ingresos fiscales, así como de la disminución del volumen de comercio exterior e ingresos de divisas en el último año. Pero otros factores, de carácter interno, han complicado las finanzas públicas. Pero el dispendio en el gasto, antes y durante la crisis global, ha complicado más la situación; ha debilitado las finanzas públicas, lo que ha disminuido la capacidad del Gobierno para hacer frente a los efectos de la crisis internacional.

3. ¿Cree que  un acuerdo con el FMI como el firmado por el Gobierno  recientemente, es lo correcto en estos momentos?

El Gobierno no tenía otro camino que recorrer que no fuera un nuevo acuerdo con el FMI, sobre todo luego que el BID y el Banco Mundial condicionaron el otorgamiento de nuevos préstamos a la firma de dicho acuerdo. Se trata de un acuerdo “atípico”, en el sentido de que promueve la expansión del gasto, en lugar de restringirlo, como ha sido la tradición del Fondo. Y eso es correcto; la preocupación sigue siendo si el gran volumen de financiamiento se utilizará adecuadamente.

 4. Como usted sabe, en el país hay sectores que entienden que una vez termine la política dinamizadora del Gobierno éste promoverá una reforma fiscal. El Gobierno, sin embargo, lo ha negado. ¿Qué piensa usted?

El Gobierno se ha comprometido a aumentar los ingresos fiscales vía el mejoramiento de la administración tributaria, sin cambios en las tasas de impuestos; pero contempla la reducción de exoneraciones fiscales, que equivale a reponer impuestos o convertir tasas cero en positivas. Pienso que es un esfuerzo válido. Sin embargo, no creo que esto sea suficiente para hacer frente al crecimiento del servicio de la deuda y las necesidades más urgentes de  ampliación y mejoramiento de los servicios públicos del país. De manera que la reforma fiscal es ineludible, la interrogante es cuál será el momento. Pero debería ser una reforma integral, que comprenda las dos caras de la moneda, la tributación y el gasto.

5. El peso de la deuda pública, la externa y la interna, es una gran preocupación entre algunos economistas, pero no así en el Gobierno. ¿Qué opinión tiene usted sobre este tema?

El Gobierno, para convencer a la ciudadanía de la pertinencia del aumento de la deuda, ha hecho énfasis en el balance de la deuda externa como proporción del PIB, que es de alrededor de 17%; que no es alto si se compara con determinados países. Pero ¿y la deuda interna, que también pagan los contribuyentes? Al considerar ésta, tenemos que la deuda pública supera el 35% del PIB, y aumentará con el amplio volumen de financiamiento previsto en el acuerdo con el FMI.

Pero el peso de la deuda pública queda mejor expresado en términos del servicio de la misma respecto a los ingresos fiscales, que actualmente es de alrededor de 43 por ciento. Es decir, de cada 100 pesos que paguen los contribuyentes este año, 43 se destinarán al pago de capital e intereses de la deuda acumulada.

Del año 2000 a la fecha, el país exhibe un comportamiento de “deudor Ponzi”, es decir, tomamos préstamos en cadena para pagar capital e intereses de los anteriores. Entonces hay motivos para preocuparse con el tema de la deuda.

6. Cuando se toca el tema del Presupuesto Nacional, algunos sectores entienden que el Gobierno lleva una línea equivocada, pues una alta proporción del mismo está consagrado al pago de nómina y al servicio de la deuda pública, y descansa la inversión en créditos externos y en bonos. Estos sectores prefieren el “método de Balaguer”: gastos corrientes bajos y alta inversión con recursos propios. ¿Cuál es su punto de vista sobre esta cuestión?

Así es. Cerca de la mitad del presupuesto de este año está destinada a nómina y servicio de deuda. La Ley de Función Pública, llamada a corregir el desorden en la nómina estatal, continúa siendo violada. Las críticas de Foro Ciudadano, la Asociación de Industriales y Empresarios de Herrera y otros sectores sobre la ausencia de criterios de prioridad en el gasto son muy válidas.

Sobre el “método Balaguer”, pienso es conveniente mantener un adecuado nivel de gastos de capital, pero lo importante es que se elija el destino de gasto de mayor  retorno socioeconómico, no importa si es corriente o de capital. En cuanto a la fuente de recursos, es preferible la interna. El uso de financiamiento externo debiera estar limitado a situaciones de emergencia y para obras de gran magnitud y largo período de maduración, de comprobado impacto económico y social.

7. Dígame, por favor, ¿cuáles son, desde su visión, los tres o cuatro principales problemas que la economía dominicana debe enfrentar con urgencia?

El enorme déficit institucional y la mala calidad del gasto, son dos obstáculos que hay que superar con urgencia para crear un entorno favorable al desarrollo nacional, para trascender el simple crecimiento económico y reducir la pobreza y la desigualdad. Un tercer reto es la vieja aspiración de lograr un acuerdo nacional para la puesta en marcha de una estrategia de desarrollo. Ojalá tenga éxito el esfuerzo que en este sentido ha iniciado la secretaría de Economía. No le favorece el clima de desconfianza generado por los reiterados incumplimientos del Gobierno a diálogos anteriores y el gran deterioro institucional de los partidos políticos.

El protagonista

Francisco checo

Presidente del centro de investigación económica (cieca)

Francisco Checo, es economista de profesión.

Ha sido técnico de la secretaría de Agricultura, subgerente del Banco Agrícola, subdirector del Departamento de Recursos Humanos del Banco Central y gerente Financiero de la Rosario Dominicana. Ha sido profesor universitario y actualmente es consultor económico.

Ha sido coordinador general del Consejo Nacional de Participación Ciudadana, organización de la que es miembro fundador. También ha sido coordinador de varias comisiones de trabajo de esa organización.

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