EI vicepresidente ejecutivo de la CDEEE acudió, con sus principales asesores, al almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio el pasado día 21, y durante el mismo detalló los planes de expansión con la adición de nuevas unidades de generación eléctrica y, como cosa extraña, se le olvidó mencionar los kilos que se agregarán con las presas hidroeléctricas en construcción.

Resultó extraño ese olvido, ya que por el monto de la inversión en proceso, supera por mucho lo contemplado para las plantas térmicas, de gas natural, ciclo combinado o eólica. Anteriormente, en otro almuerzo del Grupo, el 31 de marzo de este año, los invitados fueron los del grupo EGEHID que detallaron las presas en vías de construcción, que adicionarán 327 megavatios a la red nacional.

Según la CDEEE, el sector privado está en proceso de añadir unos 274 megavatios, de los cuales, seguro son los 50 megavatios de Laesa en Pimentel. Los eólicos hasta ahora se los ha llevado el viento. Tienen un costo muy elevado por el subsidio requerido que los convertirían en los más costosos.

Asimismo, el alto funcionario de la CDEEE habló de los probables contratos de suministro de energía, para instalar un total de 1400 megavatios a base de carbón y gas natural, pero todo eso está en el regazo de los dioses, ya que nada está definido por la traumática experiencia sufrida por el país con aquellas plantas chinas de Manzanillo.

Aquella vez del 31 de marzo, los funcionarios de la EGEHID hablaron de varios proyectos en construcción, que por su tamaño serán muy importantes para el sistema, como Palomino con 80 megavatios y más de $400 millones de dólares, Las Placetas con 87 megavatios y más de $600 millones de dólares y ya instalada, con 50 megavatios e inversión de $325 millones de dólares, Pinalito, que se sabe no producirá energía hasta ese nivel por la escasez de agua en la cuenca del arroyo Tireo.

La EGEHID tiene en carpeta otros proyectos, en espera de los contratistas brasileños, quienes con el financiamiento bajo el brazo, han conquistado a los funcionarios y cabilderos del gobierno para que les entreguen el desarrollo de los proyectos hidroeléctricos, que parece no encajan en los planes de la CDEEE, razón por la cual fueron omitidos en el almuerzo del pasado día 21.

Hay otros proyectos hidroeléctricos en carpeta, tales como los de Manabao, Artibonito y el rescate de la turbinas de Aguacate y Jigüey en el Nizao que agregarían un apreciable número de megavatios al sistema.

Lo más seguro, que el financiamiento brasileño, o quizás alemán o español, estarían gestionándose, ya que todos tienen derecho a disfrutar de esa pasión del político oficialista por esos créditos a intereses comerciales y gratificantes recompensas.

El afán de tantos empresarios y políticos, en tratar de solucionar la crisis permanente del sistema eléctrico nacional, está determinado por el historial que se arrastra desde que la Compañía Eléctrica de Santo Domingo se convirtió en CDE en 1956, para establecer una fuente de beneficios para los favoritos de los empresarios y políticos en los gobiernos de turno, en que nadie quiere despegarse, ya que por las condiciones contratadas, asegura continuar apagando, engañando al país y esquilmando el tesoro público.