Las condiciones del clima han variado significativamente este año.
La temporada de huracanes finalizó el pasado 30 de noviembre; sin embargo, los efectos del fenómeno climatológico conocido como La Niña han provocado fuertes lluvias cuyos niveles de precipitación han superado los promedios históricos en la región norte del país.
Las inundaciones y derrumbes provocados por las vaguadas han afectado el tránsito no solo en las zonas rurales, sino también en las principales vías y centros urbanos de varias provincias, llegando incluso a colapsar importantes puentes, lo que pone en riesgo a los usuarios de las vías.
Debido a la fricción o agarre que se produce por el contacto entre la goma y la superficie de la carretera bajo estas condiciones, el control de nuestro vehículo se ve amenazado por varios factores que debemos tomar en cuenta, como son: los daños sufridos por la vía, las condiciones de los neumáticos, la velocidad y la cantidad de lluvia caída o la profundidad de la inundación en la vía.
Al llover se forma una capa de agua sobre la superficie de la vía a la que llamamos película de agua. Esta película de agua impide que las gomas toquen el suelo y puede hacer que su vehículo se deslice sobre ella perdiendo el control, algo que se conoce como hidroplaneo o aquaplaneo.
Una goma lisa o mal inflada incrementa la probabilidad de que se produzca el hidroplaneo.
No subestime nunca los efectos de una inundación, a simple vista un gran charco no le permite evaluar el nivel de peligro y los riesgos a que se expone si decide avanzar. La profundidad, daños en la vía, velocidad de la corriente y objetos arrastrados por las aguas pueden poner en riesgo su vida. Si no reduce su velocidad al entrar a un charco se produce un fuerte tirón del guía y la dirección del vehículo que puede hacerle perder el control.
Como conductor defensivo debe saber que debe reducir la velocidad cuando empieza a llover y mantener una mayor distancia entre su vehículo y el siguiente evitando siempre frenar bruscamente. Si se ve en una situación donde su vehículo hidroplanea, evite frenar de golpe, pues esto puede sacarlo de la carretera o hacerlo invadir el carril contrario. Trate de mantener la calma, quite el pie del acelerador y tome el guía con firmeza manteniendo el control sobre el vehículo y dejándolo reducir la velocidad hasta retomar la adherencia con el pavimento.