Malas notas por todas partes

Malas notas por todas partes

El país acumula desde hace tiempo calificaciones decepcionantes en aspectos fundamentales del desarrollo humano, de manera que ponen en entredicho el impacto de la bonanza económica sobre aspectos cruciales de las condiciones de vida de la gente. Por ejemplo, según el informe PISA ocupamos los peores lugares en Ciencias, Matemáticas y Lectura. Otras mediciones destacan que somos el tercer país con el índice más alto de feminicidios en América Latina, y que tenemos uno de los índices más elevados de jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Pero las calificaciones decepcionantes no acaban ahí. En materia institucional, la República Dominicana es encasillada entre los países de peor transparencia legislativa, un parámetro que abarca aspectos diversos del desempeño del Congreso. Por otra parte, en Latinoamérica ocupamos posición cimera en cuanto al número de embarazos de adolescentes. La tasa de inseguridad ciudadana y criminalidad no desciende de su pedestal, y ni hablar de los índices de reincidencia delictiva. Y nuestra tasa de muertos por accidentes de tránsito es la segunda más elevada en el mundo, que es mucho decir. Podríamos citar más motivos de preocupación sobre nuestra posición desventajosa en aspectos esenciales para el buen desempeño social de los ciudadanos, pero las muestras aportadas por ahora deberían ser suficientes para inducir cambios de actitudes.

Fuerza contra la alternativa legal

Los empresarios representados en el CONEP escogieron la alternativa institucional de la Justicia para combatir lo que consideran monopolio del transporte de carga por parte de algunos sindicatos. Lo han hecho por vía de un Recurso de Amparo ante el Tribunal Superior Administrativo (TSA). Los transportistas, representados por FENATRADO, han optado por acciones de fuerza para combatir al gremio empresarial y presionar al Gobierno para que les permita aumentar las tarifas del servicio que ofrecen.
Los paros de transporte y otras medidas de presión tienden a desacreditar la causa de quienes recurren a esos métodos, y a perturbar a terceros. FENATRADO bien pudo haber recurrido a acciones legales para defender sus argumentos y optar por una sentencia en su favor, pero optó por mostrar garras.

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