Malasia

Malasia

POR JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
En la ciudad de Kuala Lumpur, capital de Malasia, se celebraron desde el 9 al 16 del pasado mes, dos importantes encuentros cacaoteros patrocinados por las dos organizaciones internacionales de las cuales nuestro país, por ser un gran productor del grano, forma parte. A saber: la Alianza de Países Productores de Cacao (COPAL) y la Organización Internacional del Cacao (IICO). La COPAL, que agrupa el 84% de los productores de cacao del mundo y la IICO, cuya composición mixta de productores e importadores es la institución cúpula, abordaron la mayoría de los problemas y las soluciones posibles a la producción y comercialización internacional del cacao.

El día 9 de marzo se reunieron en la 34 Asamblea General Extraordinaria nueve de los once países que componen la COPAL, para definir la estrategia que como productores llevaríamos de manera mancomunada a las próximas reuniones de la IICO. En esta reunión se discutió ampliamente la proposición dominicana que había sido presentada en el Consejo de Ministros de la COPAL que se reunió en octubre en Abidján, Costa de Marfil, solicitando que esta institución de productores fuese la que representase, de manera conjunta los intereses de los países cacaoteros en la IICO y a lo cual ésta, argumentando tecnicismos obsoletos se oponía, ya que argumentaba que la COPAL no podía equipararse ni obtener el estatuto que tiene la Unión Europea por no ser una confederación de países. Este espinoso asunto, posteriormente en la reunión de la IICO se decidió consultar directamente a la Secretaría de las Naciones Unidas (ONU), depositaria del Convenio Internacional del Cacao 2001.

Del 12 al 16 de marzo se llevaron a cabo las reuniones del Consejo Internacional del Cacao, máximo organismo de decisiones de la IICO y se analizaron con profundidad los problemas y las causas que han mantenido bastante deprimidos los precios internacionales de cacao y las proposiciones que se presentarán en la gran conferencia que se llevará a cabo en Londres en enero de 2008, sobre las bonanzas del chocolate como alimento energizante, sus usos en la medicina, cosmetología y otras propiedades que se han venido descubriendo en la utilización y consumo del producto que más adeptos tiene en el mundo, y que sepamos nadie ha rechazado.

Desde el año 2001, cuando asistimos a una Conferencia de la COPAL, no habíamos vuelto a Malasia, pujante y dinámico país, considerado como uno de los de mayor adelanto en los denominados “tigres asiáticos”.

En esa oportunidad, ya el deslumbrante y gigantesco aeropuerto de Kuala Lumpur estaba en la fase final de terminación, con su tren automatizado -muy similar al de Miami- que conduce los pasajeros desde las puertas de embarque hasta las estafetas de migración, en donde predominan inmensas alfombras rodantes que alivian al pasajero en la búsqueda de su equipaje.

Ya dentro de esta fantástica ciudad, comprobamos que el monorriel que estaba en construcción, ha sido felizmente concluido con cinco ramales que abarcan prácticamente todos los sectores de esta ciudad de aproximadamente dos millones de habitantes. Este monorriel, limpio, puntual y con acondicionador de aire, permite al visitante admirar la ciudad desde una considerable altura sin tener que recurrir a los “tours citadinos” que cobran muy caro esos paseos.

El esplendor y majestuosidad de las torres gemelas Petronas, con su inmenso “mall” de tiendas, restaurantes, cines y todo cuanto se quiera imaginar, amerita de por si más de un día para poder tener una idea de lo que allí se encuentra, y que conste que para subir a las torres hay que inscribirse con días de anticipación. En este sentido, la Cocoboard de Malasia tuvo la condescendencia de hacer los arreglos pertinentes para que los delegados subiesen sin tener que lamentar dilaciones que les perturbaran los horarios de las reuniones y de las conferencias.

Debemos agradecer también a la Malaysia Cocoboard la gran ayuda que le prestó a la delegación dominicana que había llevado muestras de cacao para su evaluación y determinación de su aceptación en el mercado internacional. Con una profesionalidad y un desprendimiento que no fue honrado por los laboratorios de M & Mars y del CIRAD de Francia, los malayos, gratuitamente nos analizaron las muestras y nos enviaron por correo electrónico los resultados. Por este medio debemos agradecer estas consideraciones hacia nuestro país de nuestro amigo de las antípodas.

Malasia está en la fase de terminación de su nueva capital Putrajaya. Palacetes, grandes avenidas, inmensos lagos artificiales y enormes edificios gubernamentales,hacen de esta emergente ciudad una especie de Brasilia asiática, en donde el dinero ha corrido a raudales y los ingenieros han hecho volar su imaginación hasta un grado superlativo.

Kuala Lumpur es una ciudad de una actividad constante, inusitada. De una limpieza inmaculada, sus habitantes se esmeran en no echar desperdicios en las calles, ni tampoco pintar graffitis en los edificios y plazas públicas. La noche en el centro, no sólo parece como si fuera de día por el bullicio de los ciudadanos que los fines de semana atestan los diferentes lugares de diversión. Nosotros salimos un domingo a las cuatro de la mañana para el aeropuerto, y aunque no lo crean, tuvimos que sortear tres tapones de tráfico hacia el aeropuerto. Sólo nos queda exclamar ¡Qué país más pujante!

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