Maldición humana

Maldición humana

HÉCTOR RAMÓN ZAPATA
La maldición del flagelo de las drogas es indudablemente una “lacra” que conquista seres humanos con mente deprimente, pero es además como un lugar donde se amontona la basura que, si no se recoge a tiempo, se inunda de ratas peligrosas. Por ende, hay que fumigarla drásticamente, porque de lo contrario cada vez más aumentará el desperdicio y aunque desaparezcan los roedores del lugar, se trasladarán a otros lugares; estos sujetos venden y corrompen a las autoridades y es a todas luces la delincuencia más feroz y cruel.

Este vicio pues, trae robos, crímenes a mansalva, cárcel, desolación, maldición, frustración, la disolución familiar, inmundicia, y le arruina la vida al que la consume. En fin, el narcotráfico destruye la moral, deteriora la salud, los principios, la dignidad personal y los símbolos patrios, los porque para esos individuos es como los residuos, aquellos jóvenes que estén vinculados al consumo de esta maldición, y para que su mente no siga pudriéndose lo mejor es que se arrepientan y busquen de Dios para que encuentren la paz.

La droga es como una serpiente que donde muerde al ser humano le chupa la sangre. El consumo de estupefacientes es excesivo y como consecuencia de este mal la delincuencia se ha propagado con vigor. Es un negocio  muy lucrativo, por lo que corrompe a militares, policías y ha miembros que componen la justicia, esto es penoso pero es una realidad. Antes se decía que era por la ignorancia de quienes la consumían y los que la venden, pero ahora no es así, sino que al menos uno de la alta sociedad consume y trafica.

Miren señores, este negocio al ser fuerte genera enormes ganancias, le permite a sus protagonistas conseguir las armas necesarias para defender su espacio y con eso poder vender la mercancía dañina. Creo que cuando una persona presta servicios en la Policía Nacional o las Fuerzas Armadas debe ser seria, leal y honrada, y si comete faltas debería de alejarse de las insituciones, para que las demás naranjas no se dañen y continúen contagiando.

Esto es tan grave, porque rinde mucho, que puede comprar conciencia no solamente a policías mal pagados, sino que no tienen preparación, a jueces, y de esta forma abren camino comprando apoyo en el mismo sector, ofreciendo ayudas a quienes necesitan e involucrando gente decente. Mientras la pobreza azota un hogar donde haya jóvenes más se presenta el narcotráfico para a través de esta hierba mala conseguir dinero.

Por eso es que al momento de tomar posesión el general Ramírez Ferreira dijo lo siguiente: “No tomo ni un solo centavo mal habido”, enviando un magnífico mensaje a los canallas.

El funcionamiento militar señaló que cada cual tiene que cumplir con las obligaciones que tiene que hacer “y no me tiembla el pulso para hacer que eso se cumpla”, pues ahí tiene a seguida una papa caliente y es respecto a una denuncia que hizo una entidad de jóvenes recientemente, que de acuerdo a un estudio que hicieron tanto en el Distrito Nacional como en la Provincia Santo Domingo, el consumo de drogas en los sectores que fueron señalados hay que enfrentarlo con manos duras, para detener un poco esta basura.

Pero cuando esto penetra en las altas esferas del poder es mucho más grave y fue precisamente lo que ocurrió con las autoridades del pasado, donde estuvieron involucrados ciertos “jefotes”, tanto de las Fuerzas Armadas como de la Policía Nacional, incluso donde aparecieron fotografías de esas personas junto al ex-jefe del Estado de ese entonces, imagínense entonces esta maldición. Para ese entonces los decomisos no eran muy efectivos, porque no había el interés de que esto cogiera tanto poder, tanta fuerza como ocurrió.

Sin embargo, ahora las autoridades por ser gente honrada y que se respetan por lo que han dado grandes palos y diariamente continúan decomisando toda clase de drogas y aunque han detectado la metida de pata de algunos miembros  vinculados a los cuerpos armados y a la Policía Nacional, no es como antes que había un total desorden. Muchos de los grandes robos, atracos y otros males están asociados a este mal, por razones que todo el mundo conoce; por lo tanto hay que ponerle mano dura sin importar las consecuencias, y la gente en los barrios que cooperen con los organismos que están al frente del control de las drogas, que si ven algo que lo denuncien, en fin tenemos que ofrecer un ejemplo.

Aunque hay que tener fe, y veo con optimismo que esta plaga pueda desaparecer fácilmente de la manera que se ha propagado a nivel nacional, pues la promesa que hizo recientemente el nuevo incumbente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), mayor general Rafael Radhamés Ramírez Ferreira, de conformar “un bloque”, conjuntamente con los demás cuerpos de seguridad del Estado contra el narcotráfico. Que esa acción sea una realidad y no desmaye con toda energía y control sobre los individuos que están traficando con estupefacientes.

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