Maldita corrupción

Maldita corrupción

Aunque los califiquen de locos, quijotes, tontos o ingenuos, lo cierto es que la sociedad dominicana urge de unos cuantos ciudadanos que estén dispuestos a enfrentar los altos niveles de corrupción que hoy postran a la nación en un estado de miseria, abandono, estancamiento y falta de mejores condiciones de vida.

Hay una ambición del Diablo que se está llevando todo de paro, pues se manifiesta hasta en la religión. ¡Qué barbaridad!

Ya los partidos políticos tienen como algo común ver que un porcentaje muy significativo de sus líderes se roban los cuartos del pueblo sin que se produzca alguna sanción. La cuestión es hacer un colchón para cuando se esté en la oposición o para cuando ya no se tenga el puesto.

La corrupción se practica a todos los niveles.

Los hijos de los funcionarios  andan en los vehículos de papi y de mami quemando de manera prepotente el combustible salido de la costilla del pueblo y en la casa del funcionario todo el mundo tiene un chequecito.

Ante la posibilidad de salir del Gobierno, son muchas las pensiones que ya están en trámites.

Para evitar denuncias y comprar impunidad, funcionarios regalan los bienes del Estado a comunicadores y bendicen a ministros de las iglesias con asignaciones “especiales”.

Lo poco que queda de la prensa seria deja cada día al pueblo con la boca abierta ante las denuncias escandalosas de figuras y líderes políticos enredados con narcotraficantes y negocios turbios.

Tenemos individuos que, tras hacerse de dinero con el contrabando y el robo, hoy brillan en las altas instancias del Estado ocupando posiciones de lujos y de poder, lo que les transfiere la condición de intocables a través de la inmunidad.

Las denuncias son cada vez más grandes, empero aquí, nada ocurre.

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