¿Malkun O Malthus?

¿Malkun O Malthus?

FERNANDO REYES CASTRO
Al leer un artículo del señor José Lois Malkun, publicado recientemente en este prestigioso matutino con el título «Solidaridad: pura basura», no pude evitar retrotraerme y pensar en el pesimismo de la escuela clásica del pensamiento económico encarnado en el célebre economista británico Thomas Robert Malthus. Este señor era partidario de que ante el crecimiento en proporción geométrica de la población, en contraposición al crecimiento aritmético de la producción de alimentos, era necesario controlar el crecimiento demográfico fomentando el hambre y la miseria.

Según Malthus, había que buscar el camino del equilibrio mediante la muerte, con sus diferentes formas de alcanzarla, como las epidemias, el hambre y las guerras. Él decía: «en vez de recomendarle limpieza a los pobres haremos más estrechas las calles, meteremos más gente en las casas y trataremos de provocar la reaparición de epidemias».

Habiendo sido el señor Malkun secretario de Estado de Finanzas y gobernador del Banco Central en el pasado gobierno, comprendo ahora perfectamente que la situación de crisis de 2003, creada por el mal manejo de la economía, que produjo gran inseguridad, falta de confianza y desesperación en toda la sociedad dominicana, afectando el nivel de vida de todos los estratos sociales del país, no fue casual, sino que respondió a las directrices de la corriente de pensamiento neomalthusiano de una buena parte del equipo económico del PRD.

Al parecer había un objetivo definido: las familias dominicanas en condición de extrema pobreza. Producto de esta crisis, sin precedentes en la historia de nuestro país, y de acuerdo con los datos publicados por reputados organismos internacionales, entre los que se encuentran el Banco Mundial y la CEPAL, más de 800 mil dominicanos y dominicanas perdieron sus puestos de trabajo (el nivel de desempleo llegó a rozar el 20%), el precio de la canasta básica alimentaria se duplicó, más de un millón quinientos mil personas cayeron por debajo de la línea de pobreza y más de 600 mil de ellas cayeron en la pobreza crítica.

Esta grave situación obligó al presidente Leonel Fernández Reyna, tan pronto asumió su nuevo Gobierno, a concentrar todos sus esfuerzos en restablecer la estabilidad y el crecimiento de la economía, y a poner en ejecución una política social cuyo objetivo de corto plazo se centró en enfrentar con entereza el impacto de esa crisis económica en la población en situación de extrema pobreza; al mismo tiempo, la nueva política social del presidente Fernández delineó como objetivo de mediano plazo, la promoción de la superación en términos familiares de la transmisión inter-generacional de las causas que generan o arraigan la pobreza, contribuyendo a mejorar la inversión de las familias dominicanas en salud, educación y alimentación, es decir, aumentando la calidad de vida de los más pobres, invirtiendo en su desarrollo humano y social.

Para alcanzar estos objetivos, la política social del presente Gobierno se fundamenta en tres grandes pilares: eficientización de la oferta de servicios sociales, la ejecución del sistema de seguridad social y el fortalecimiento de la red de protección social.

Es bueno saber que Solidaridad forma parte del conjunto de programas que conforman la red de protección social del Gobierno, teniendo la particularidad de que no se trata de una dádiva, es un programa de transferencias monetarias condicionadas, caracterizado por concentrar sus acciones en el hogar no en el individuo, por tener un sistema riguroso de selección de los beneficiarios, el cual no es instrumentado por el Programa sino por el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), por basarse en un sistema de co-rresponsabilidades compartidas entre el Gobierno, por una parte, y los hogares beneficiarios, por la otra, que busca establecer una conexión eficiente entre la oferta y la demanda de los servicios sociales.

Las acciones del Programa Solidaridad han contado con la colaboración de instituciones como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las iglesias, las organizaciones de la sociedad civil, comunitarias y de base, que en barrios y ciudades de todo el país conforman los activos comités de contraloría social.

Hasta el momento, se han inscrito unos 243 mil hogares en pobreza extrema y moderada en todo el país, y se avanza de manera firme a cumplir con la meta del Presidente de la República de alcanzar los 300 mil hogares, es decir, alrededor de un millón quinientos mil personas pobres, al finalizar este año 2007.

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