Maloliente

Maloliente

La dispersión de etil mercaptano, un odorizante que se añade a gases sin olor ni color, como el propano, para permitir captar su presencia, ha provocado una tormenta con vertientes bastante interesantes. La primera es que se ha querido minimizar el carácter nocivo de este etílico, a pesar de que los trastornos respiratorios y gástricos que provocó a numerosas personas, mayormente estudiantes de corta edad, demuestran que sí es dañino para la salud y puede llegar a ser letal, según literatura consultada al respecto.

El otro aspecto es que los procedimientos para purgar los depósitos de este gas, que según la Refinería Dominicana de Petróleo (REFIDOMSA) son habituales, han demostrado ser poco seguros y prudentes, pues cualquier accidente, atmosférico o de cualquier otra índole, puede dispersar el compuesto y afectar a personas, como ha sucedido.

-II-

Pero hay un elemento que llama poderosamente la atención. El presidente de REFIDOMSA, Arístides Fernández Zucco, ha pedido disculpas públicamente por haber negado, en principio, que las emanaciones de mercaptano procedían de esa empresa, basándose en  informaciones que, según afirma, le suministraron técnicos de la firma anglo holandesa Shell, que tiene a su cargo la administración técnica de la refinería. ¿Estamos sujetos a que se distorsione la verdad sobre cuestiones tan delicadas como una emanación nociva que provocó efectos directos sobre decenas de personas?

Evidentemente, habrá que poner muchas cosas en su lugar, tanto por la dispersión de gas maloliente como por los procedimientos empleados para purgar los tanques que lo contienen; tanto por la distorsión de la verdad que en este caso alude el presidente de REFIDOMSA como por la posibilidad de que esta práctica pueda, eventualmente, emplearse en otros casos no menos delicados.

Sin duda, lo implícito es tan maloliente como el gas.

Prioridades

Las riadas han derribado numerosos puentes y dañado carreteras y caminos, aislando comunidades en varios puntos del país.

Restablecer esas infraestructuras debe ser una prioridad del Gobierno, para que la economía de las poblaciones afectadas pueda fluir con normalidad.

Pero hay que mejorar los criterios que han prevalecido hasta ahora, sobre todo en los casos de puentes y carreteras. Las obras derribadas simplemente son repuestas en los lugares que estaban sin hacer las obras de protección necesarias para evitar que nuevas riadas las destruyan. No parece que se trabaje tomando en cuenta la erosión para el diseño de columnas y soportes y en la próxima crecida las obras son arrastradas.

Hay que tener en cuenta que en  los últimos años las crecientes de ríos han sido muy frecuentes y que la amenaza contra infraestructura vial es un problema que hay que manejar con una visión en la que haya alto grado de previsión.

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