Maltratan pacientes RD

Maltratan pacientes RD

POR ALTAGRACIA ORTIZ GÓMEZ
Constituye una vergüenza que pacientes renales y otros enfermos tengan que acudir a los medios de comunicación para que se les de el tratamiento de diálisis o que puedan obtener un órgano para recibir un trasplante, consideró ayer el doctor Ashley Baquero, presidente del Instituto Dominicano de Trasplantes Renales.

El médico habló con los periodistas en un acto en que anunció que se hará el trasplanta renal número 50 en dos años en la clínica Corazones Unidos. En el acto estuvo el director de ese centro de salud, el doctor Luis Cuello Mainardi.

El especialista instó a las autoridades a que dispongan de recursos y medidas de política para aplicar la ley 329-98, promulgada en la pasada administración del doctor Leonel Fernández Reyna.

A la actividad asistió el secretario de Salud, Sabino Báez; Rodolfo Nuñez Musa, quien representó a Nelly Pérez, directora del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS); César Mella, Hilda Lafontaine, Ángel Chang Aquino, Carmen Quidiello viuda Bosch y monseñor Francisco José Arnaiz.

El equipo de médico que trabaja en el Instituto de Trasplantes Renales y la Fundación Baquero estuvo en la actividad. Sus miembros expresaron alegría por haber logrado 50 trasplantes en dos años y medio. Participaron también pacientes, familiares y donantes.

Un trasplante renal cuesta más de RD$400,000, indicó, pero con la ayuda de la Fundación Baquero, los pacientes de escasos recursos económico han visto mejorar su calidad de vida con el trasplante de un riñón.

El doctor Baquero deploró que en el país todavía los pacientes tengan que mendigar para poder recuperar la salud.

En ese sentido, pidió al secretario de Salud, doctor Báez que mejore las condiciones para que el sistema pueda captar los enfermos que tienen deficiencias renales, pero que no saben que están enfermos de sus riñones.

Entre esos pacientes estaba Marcos Hierro, de 32 años, de Santiago, acompañado de su madre Minerva Toribio quien le donó el órgano que necesitaba.

También Sixto Hoepelman, un paciente de 40 años de edad, a quien su tía Divina Medrano Hoepelman le donó el órgano.

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