Por: Melina Zaiz, abogada
La actual crisis económica, social e institucional caracterizada por la incertidumbre global de los efectos pos pandemia, que nos hace vivir una experiencia traumática colectiva, tiene en su centro a nuestras madres cuidando.
La comida indispensable para el día, uniformes planchados, el café recién colado, niñas y niños en la escuela, casa organizada y limpia y todas las actividades destinadas a regenerar diaria y generacionalmente el bienestar físico y emocional de las personas, es trabajo de cuidados. Y, este trabajo es realizado fundamentalmente por mujeres. Son nuestras madres cuidando las que sostienen la vida, las sociedades y la economía.
Para el 2020 se estimó que el trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres aporta a la economía mundial un valor añadido de al menos 10,8 billones de dólares anuales; al poner en perspectiva esta cifra y poner un ejemplo, significa que a escala global el trabajo de cuidados, aporta a la economía mundial el triple del aporte de la industria de la tecnología, siendo esta industria la que compone la quinta parte del PIB mundial.
Dimensionar económicamente el cuidado es importante, pero no es suficiente, por esto, avanzar en ponerlo al centro de los derechos humanos y la política, es la tarea. Una tarea para la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres.
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En República Dominicana, según la encuesta del uso del tiempo de la Oficina Nacional de Estadística, el tiempo promedio que las mujeres dedican al trabajo de cuidado es de 15.7 horas a la semana a diferencia de los hombres que solo destinan 3.1 horas en promedio a la semana, el escenario da cuenta de cómo se perpetua la desigualdad económica y la desigualdad de género.
Estos datos deben considerar que los hogares dominicanos están a cargo de mujeres que son las jefas de hogar, separadas, en un gran porcentaje; por lo que estas 15.7 horas son extras a las 44 horas semanales de trabajo remunerado, esto sin considerar particularidades como trabajadoras domésticas con dormida.
Nuestras madres cuidando es una doble jornada desproporcional que le impide vivir en dignidad e igualdad, limita su autonomía económica pues las enfrenta a un mayor riesgo de perder empleos y medios de vida, y sobre todo esta situación agrava el riesgo de que sufran violencia.
Por lo que la tarea del Estado sobre cuidados es, fundamentalmente, reconocer los cuidados como un derecho, un deber y una función social, y este reconocimiento implica, sobre todo, reivindicar el cuidado como un bien público de valor social y económico para el desarrollo y la sostenibilidad de la sociedad.
En estas consideraciones y para responder a la pregunta inicial, debemos afirmar que cuidar a mamá significa que debemos establecer sistemas de cuidados basados en la corresponsabilidad y redistribución del cuidado entre el Estado, sector privado, comunidad, hogares y hombres, desde un enfoque de justicia de género.
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Para establecer el derecho al cuidado, debemos reconocer tres dimensiones: cuidar, ser cuidado y el autocuidado; cada dimensión con necesidades especiales que implica considerar variables especialmente de los sistemas de protección social y políticas de conciliación.
Finalmente, para trabajar para el reconocimiento del derecho al cuidado, debemos, reivindicar el carácter público de los servicios de cuidado, ofreciendo y diversificando servicios públicos, promover políticas de conciliación laboral y personal, saldar la deuda histórica con el sector doméstico y de cuidados, para recompensar y remunerar el trabajo de cuidado con un salario igual por un trabajo de igual valor, pensiones decentes, condiciones de trabajo dignas y una amplia protección social y, revalorizar el trabajo de cuidados cuantificando el valor agregado que aporta social y económicamente.
Cuidar a mama, es reconocerla como sujeta de derechos, una tarea en la que avanzamos pero que nos queda mucho camino por seguir. Que este día nos sirva para accionar materialmente en políticas que garanticen una vida digna, plena en derechos y libre de violencia para todas las madres dominicanas.