Mamografía y cirugía plástica

Mamografía y cirugía plástica

POR LA DRA. ROSANNE PICHARDO ERICKSON
La mamografía es un examen radiológico ampliamente conocido que permite estudiar a través de los Rayos X la estructura interna de la mama. Es actualmente el mejor método de screening o rastreo de cáncer de mama antes de que sea sospechado o palpable, de forma que pueda llegar a ser perfectamente curable.

Es su búsqueda de detección de cáncer de mama nos encontramos frecuentemente con imágenes de etiología que nos conllevan a realizar estudios complementarios tales como: sonografías, compresiones focales, magnificaciones y en muchos casos, a la realización de procedimientos invasivos (biopsias, aspiraciones) que nos permiten estudiar el tejido sospechoso bajo el diagnóstico final.

Dejando a un lado estos conocimientos médicos, lo que quiero en esta ocasión es crear conciencia de la importancia de realizar un estudio mamográfico o sonográfico, o mejor aún ambos (que es el Perfil Mamario) previamente a una cirugía plástica de cualquier tipo a cualquier edad.

Para el radiólogo entrenado, una mamografía es como un plano o un mapa de las estructuras mamarias y cuando solicitamos los estudios anteriores es que necesitamos ver las “variaciones del relieve” que ha sufrido con el pasar de los años. Esto nos da una información valiosa y muchísimas veces nos descarta el diagnóstico de malignidad evitándonos las consecuencias.

La tan de moda cirugía plástica mamaria ha venido a dejarnos más hermosas y sobretodo, más seguras de nosotras mismas. Es realmente un lujo apreciable. Sin embargo, siempre que se realiza existe una alteración del plano original de la arquitectura mamaria, sea cual sea el tipo de cirugía. Las que más alteran son las reducciones de volumen y las que menos son las colocaciones de implantes.

Cuando realizamos un perfil mamario previo en una cirugía estética, el cirujano transitará por un camino seguro. Es lamentable encontrarnos con patologías de etiología sospechosa de malignidad poco tiempo después de haber sido sometida a una cirugía estética sin previos estudios radiológicos.

En todo caso, cuando existe algún tipo de tumor benigno (fibroadenoma, quiste, etc.), la cirugía se practicará y se puede aprovechar para extirparlo si así se desea. Habiendo tenido una mamografía de base sabremos cómo el cirujano manipuló el tejido mamario y sabiendo donde estaba el nodulito extirpado podremos  esperar la formación es esta zona de una cicatriz o scar radial que tantas veces nos confunde con un cáncer. Sí, lo que dije, muchas de las cicatrices internas se ven en la mamografía de forma muy similar a lo que se vería un carcinoma, de ahí la importancia de hacer el perfil mamario antes de una cirugía plástica.

Es necesario ver al paciente de forma más general, o sea, no hacemos nada con una cirugía estética de resultados excelentes si dentro dejamos el problema potencial. Pensar que “si hay algo me daré cuenta en la cirugía” implica desconocimiento de las diferentes patologías mamarias. Carcinomas de 0.4 centímetros o microcalificaciones apenas visibles a los rayos X, no serán visibles al ojo humano macroscópicamente, ni serán palpados aún en las manos más expertas. Ni pensar en las tumorectomías de lesiones encontradas por sorpresas en el transquirúrgico que después resultan ser malignas para entonces recomendar ahora desde un punto de vista oncológico.

La tecnología ha avanzado a pasos gigantes y debemos utilizarla para nuestro beneficio, realizarse su estudio mamográfico de forma anual es lo correcto y si piensa pasar por un proceso quirúrgico estético mamario mantenga sus estudios actualizados o actualícelos antes del procedimiento.

*La Dra. Rossanne Pichardo Erickson  es directora del Departamento de Mamografía de CEDIMAT

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