Maná se apodera de dominicanos

Maná se apodera de dominicanos

 

   El grupo mexicano Maná salió a escena y de inmediato capturó el espíritu de las más de 20.000 personas que acudieron hoy al emblemático estadio Quisqueya de Santo Domingo a ser testigos del último concierto de su gira «Amar es combatir».

   Desde que Fher hizo escuchar las primeras letras de «Déjame entrar», los fan de Maná entraron de lleno en un espectáculo de excelente sonido y originales efectos especiales que el vocalista dedicó a los hijos de esta «isla tan bella».

   La figura del líder de la banda, de inseparable vestimenta negra y crucifijo, empezó entonces a ser el principal atractivo de la noche salvo los ‘huecos’ que ocupan las vibrantes descargas del baterista Alex, quien tiene su propia apología del libertinaje en la canción «Me vale», con gestos «fuertes» incluidos.

   La noche se recalentó de gritos y chirridos salidos de la mayoría de un público tan heterogéneo como delirante cuando Fher dedicó al «gigante» cantautor dominicano Juan Luis Guerra el tema «Bendita la luz», grabada a dúo con el autor de «Ojalá que llueva café».

   Fueron muchos los que apostaron por la aparición de Guerra en escena, pero aunque esto nunca sucedió sí se presentó el primer momento en defensa del medioambiente con el corte «¿Dónde jugarán los niños?», en el que Maná se cubre de rostros fantasmales y amplias pantallas alertan sobre el daño humano al planeta.

   Después de escucharse «No estás solo», se dio paso al movido «Pez tiburón», en el que Fher subió al escenario a dos graciosas niñas que bailaron junto al cantante en un lindo momento que, obviamente ensañado, no quitó brillo a la candidez de la inocencia.

   «Esto es muy chulo», dijo a Efe Sofía, de 19 años, «está muy bien organizado todo», agregó la joven que parecería competir con su novio, Alex, en una interminable ola de saltos y brazos levantados.

   La mítica canción ranchera «El rey» fue la escogida por Fher para, guitarra en mano, hacer que el aforo cantara y él se limitara a guiar el gigantesco coro.

   Tras ese momento justo, Alex y su batería se hicieron cargo del ambiente para permitir un descanso de casi 15 minutos a los demás integrantes del grupo que regresaron, como en el caso de Fher, con una nueva camiseta.

   El público se dejó atrapar entonces por «Mariposa traicionera» y el líder de Maná volvió a subir a alguien del público, esta vez a una adolescente, a la que sentó a su lado y, luego de un brindis «por Santo Domingo», le cantó «Mi religión», «Te lloré todo un río» y «Oye cucú».

   La delirante multitud coreó entonces de principio los éxitos «Corazón espinado» y «Vivir sin aire», antes del segundo llamamiento a la protección del medioambiente con «No para de llover» en la que una cortina de agua justo delante de Fher sorprendió a todos.

   Fher entonces jugó a la despedida con su público, antes de regresar por «aclamación» y arremeter con «Labios compartidos», «Rayando el sol», «Clavado en un bar» y «El muelle de San Blas».

   «Cuiden a este país tan bello, no permitan que pase lo sucedido con Haití donde la deforestación ha devastado ese país», clamó el cantante mexicano mientras enarbolaba las banderas mexicana y dominicana.

   Fher alabó el «progreso» que exhibe la nación caribeña y rindió homenaje a los «valientes» y «corajudos» hombres que terminaron con la tiranía del ex dictador Rafael Trujillo, a la vez que pidió a los dominicanos «exigir» buena gestión a sus gobernantes y «no permitir» la corrupción de éstos.

   «Pido para ustedes, dominicanos, la luz del sol, el amor de la luna y la magia de los colibrís», exclamó Fher, tras poco más de dos horas en las que él y sus «manás» fueron idealizados.

  

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