Maña vieja

Maña vieja

En 1966, después de la Guerra de Abril, ya habían nacido Julio Heberto (1964) y Nieves Cristina (1966). El escaso sueldo que ganaba en Radio Comercial, como reportero, era una sábana que sólo alcanzaba a cubrir las rodillas.

Miriam y yo decidimos hacer un presupuesto por programas.

Pago del alquiler de la casa,

comida y medicamentos para los niños,

comida para los adultos, agua, luz y teléfonos, servicio doméstico, cocina, lavado y planchado; varios otros renglones y, finalmente, si alcanzaba, diversiones.

El de mi casa era un presupuesto de emergencia, de posguerra.

Los constitucionalistas teníamos serias dificultades para conseguir trabajo salvo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en el Ayuntamiento del Distrito Nacional; en ninguno de los dos lugares solicité.

Años atrás, se puso de moda un merengue que tenía un verso hoy muy de moda:

“La miseria está acabando”. Esa es la realidad de hoy, nuevamente, como si fuera una predicción desgraciada.

El Presidente de la República va a explicar cómo pagar con alimentos la cuenta petrolera con Venezuela.

Que no me perdone mi amigo Leonel Fernández  si le critico que sea ahora cuando se van a sembrar las áreas para pagar a Venezuela, eso es una burla a la intención del gobierno del Presidente Hugo Chávez y al pueblo dominicano.

La factura petrolera crece y el Gobierno no ha abonado a esa cuenta que cada día sube y sube. ¡Señores! ¿pero ni siquiera se han ocupado de eso?

La borrachera del poder, en algunos casos, y el deslumbramiento ante el tesoro de Alí Babá, disminuido por  las tantas manos que han dejado su huella en carros, casas, viajes, fincas, etc., les ciega para determinar las prioridades:

Agua

Comida

Salud

Energía

Educación

Si se dedican los amplios fondos públicos a esos renglones, los otros problemas presentarán menos dificultades.

La vieja moda nueva es que volvemos a los apagones, a la falta de agua, a la escasez de alimentos, a los hospitales hediondos y sin medicinas

De 1966 a 1978 hubo apagones a granel y dificultades de todo tipo, pero Balaguer hizo 300 nuevos millonarios.

De 1986 a 1996 volvió el viejo método de desprecio a los intereses populares.

Equivocadamente se pensó que de 1996 en adelante habría una seria política dirigida a solucionar los problemas más graves, no fue así y aunque no se sabe, Leonel hizo y hace, nadie sabe cuántos millonarios.

Mientras, no se resuelven los problemas fundamentales, se invierte en obras de relumbrón no prioritarias y se aplica la política de aquel truchimán que dijo: las cuentas viejas no se pagan y las nuevas hay que dejarlas que se pongan viejas.

Además, Presidente, usted ha prometido tantas cosas que no ha hecho que, perdóneme, pero en el mejor de los casos, y por la vieja amistad, pondré en salmuera su nueva promesa de pago.

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