Mañana 27

Mañana 27

Tan dicharacheros que somos, tan bullangueros y simpáticos, sin embargo, el humor escasea cuando de disquisiciones cotidianas se trata. No está en la crónica, en el reportaje. Está en la broma pesada, en el agravio tras el chiste, no más. Convertir el drama en comedia, es habilidad de pocos. Revertir la tragedia ayuda a presentir, a imaginar. La reflexión omitida por miedo a que la pasión malinchista descargue sus fusiles arrendados en contra del pensamiento disidente, puede, con humor, manifestarse. Aquello que descartamos de la tertulia y hasta de la imaginación, por temor a la descalificación puede decirse.
Entonces el desdén, esa actitud penosa de la inteligencia criolla que ahora proclama que no lee periódicos. Y así lo escrito no se discute. El sábado pasado, en su columna, Claudio Acosta, fue premonitorio. Su gracejo es herida. Siempre adusto y sereno, imperturbable, nadie puede atribuirle devaneos racistas, menos delirios xenófobos. El Jefe de Redacción- noche- de este periódico juega con la posibilidad y hasta con la numerología en su alerta. “Regreso al Futuro: año 2090, Cincuentenario de la Gran Fusión”. Fija la proclama en el 2040. Será realidad en un lapso de tiempo similar a la duración de la ocupación.
“La Plaza Jean-Jaques Dessalines, antiguo Parque Independencia, es el escenario escogido para el acto principal de la conmemoración del cincuentenario de la Gran Fusión al que han sido invitados dignatarios de 40 países y representantes de organismos internacionales.”
“El portavoz presidencial -Alexandre- adelantó que el momento más emotivo será cuando el presidente Croasant, acompañado de sus invitados internacionales, rinda homenaje, en calidad de Héroes de la Patria, a los soldados caídos en la “guerra secesionista” de 1844, en la que Haití “perdió” la parte Este de la isla.”
Mañana es el cumpleaños de la República y el presentimiento de Acosta inquieta. En la víspera, procede repetir que el día 27 es día del orgullo. También del ritornelo patriotero que hiberna y aflora cada año. Como si la patria fuera emoción de temporada. Día de exhibición de símbolos patrios. Momento para recordar la altivez y entonar un himno olvidado que trastabillan coros emergentes. Voces que ignoran el valor del arcabuz y del trabuco. Día para retorcer la historia y encubrir, con una ristra de palabras, la importancia de proclamas, manifiestos y decisión. 27 de febrero es pendón invicto en la memoria. La epopeya fundacional que une y también se pierde en las disputas malhadadas de trashumantes. Ese discurso de marineros sin puerto, que alquilan la patria o la ofrecen en pública almoneda. Desertores que profanan símbolos, ajan la bandera en procura de una universalidad inventada y excluyente. La indómita y brava, se retuerce prevalida de la orfandad. Los escribas de arriendo pervierten los hechos. Redactan una crónica antojadiza, leyenda de madriguera. Optan por el protectorado y convierten la República en ficción. Encubren valentía, decisión de ser y vencer. Promueven la frustración, la derrota. Niegan el heroísmo, la realidad de una siniestra ocupación que, durante 22 años, desafió identidad, conculcó derechos e injurió la patria.
Cuando Boyer manifestó su interés de unificar la isla, Núñez de Cáceres advirtió la imposibilidad. Dijo que “entre las porciones de la isla existen desemejanzas de costumbres y de idioma, similares a un muro infranqueable, como entre los Alpes y los Pirineos” (Visión General de la Historia Dominicana. Peguero-De los Santos). El embate invasor fue implacable. Quedó inaudible, el aserto del independentista, aunque sirvió para que la prosternación no fuera eterna. Comenzó el 27, un andar con tropiezos inimaginables. Ambición y desdoro, empañaron la gloria. El ideario de Duarte pronto sucumbiría y durante 17 años, como apuntan Peguero y De Los Santos, la pugna entre caudillos, la inconformidad de los haitianos desplazados, el predominio de los hateros, el deseo de anexionistas, el control de las potencias europeas, pautaron el decurso de la República. Para la perspicaz premonición de Claudio, faltan 22 años. Mientras, mañana es el aniversario de la patria. Día para ratificar la independencia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas