Diantre Amesito… ¿Por qué no nos vamos a dar una vuelta por el Parque de las Luces para que descubramos algo nuevo? –dice Píndaro a su amigo-.

¡Dicho y hecho!… Ambos arrancan con to’el pié y, en un santiamén, están por esos predios… Ya dentro de las instalaciones, mientras observan los millones de bombillitos: ¡Fuá!… ¡De pronto hay un apagón!… Sus cuerpos se desvanecen y, en cuestión de segundos, se ven parados a la entrada del Cielo… Tocan el timbre celestial y justo frente a ellos está un señor barbudo que les abre la puerta… Es Moisés, aquél que quiso establecer un pacto con el pueblo de Israel para establecer una estructura y un orden y que, por iniciativa Divina, entregó a sus compueblanos los mandamientos que darían origen a cierta disciplina terrenal… Instrucciones grabadas con fuego en sendas piedras en el Monte Sinaí…

“Qué buscan por aquí tan lejos?” –pregunta Moisés a Píndaro y Amesito-… “Ahhh –responde este último-.. Es que mi amigo Píndaro me invitó a un paseo en el Parque de las Luces y un fuá nos mandó pa’cá sin titubear”… “Ya veo… –exclama Moisés-… Creo que hay una única razón y la voy a aprovechar… Los voy a enviar de regreso a su República Dominicana con el mejor regalo de navidad para el pueblo… Un pliego de mandamientos para que tú, Amesito, lo apliques al pie de la letra… ¿Qué les parece?”… Con un soplo, Amesito y Píndaro son enviados de regreso a nuestro país con una simple hoja conteniendo los Mandamientos de Amet para el 2016.

La historia va a indicar que, a partir del primero del primero de enero este nuevo año que, si Amet los pone en práctica, el pueblo dominicano -no importando los choferes de carros públicos, los familiares de políticos en carros entintados y con placas oficiales, los medalaganarios privados que rompen la ley manejando como Pedro por su casa- tendrá que ver la efectividad de una nueva institución orientada a prevenir violaciones de tránsito.

Estos Mandamientos son:

1- Amaré mi trabajo. Me colocaré a varios metros de las esquinas y no debajo de elevados ni en medio de las calles, y observaré que cada vehículo, al cruzar un semáforo, lo haga respetando el semáforo. Si ha cruzado en rojo, le impondré una multa de mil pesos, aunque sea un carro público.

2- No me creeré que, por ser un amet, tendré derecho a dejar pasar vehículos en un semáforo en rojo y a detener otros que, con luz verde frente a ellos, tienen derecho al libre tránsito.

3- En fines de semanas largos y gente como loca en las carreteras, haré cumplir mis funciones y los guiaré a velocidad preventiva, como hasta ahora ha venido funcionando.

4- Honraré mi uniforme y no lo usaré como escudo para, en mi motor, cruzar los elevados, cuando yo reconozco que está prohíbido para motores, bicicletas y peatones.

5- Cuando esté en las carreteras, no utilizaré la pistola/radar para detener a algunos vehículos, mientras otros me pasan por delante a velocidades excesivas por el sólo hecho de un tamaño más grande, o me dan cambios de luces haciéndome creer que están en el gobierno.

6- Tendré como norma crear equipos de trabajo, de no menos de cinco miembros, para ubicarnos en puntos estratégicos. Esperar, pacientemente, a quienes doblen esquinas en las cuales no se les está permitido.

7- Seré pro-activo, estacionándome en lugares estratégicos y esperando en mi motor –color verde- en las carreteras, a que pasen los centenares de carros, jeepetas, camiones, furgones y otros, que no tengan luces traseras visibles y completas. Los detendré en su marcha y les impondré –sin apelaciones a tener una tarjeta de un general amigo- una multa de tres mil pesos, por convertirse en una amenaza la vida de los demás.

8- Haré cumplir la ley, movilizándome en las carreteras para obligar a los camiones y autobuses a desplazarse por la vía de la derecha y, de ellos no cumplir, detenerlos en su marcha y penalizarlos con un multa de tres mil pesos.
“Amesito, amigo, te felicito –le dice Píndaro-… Y… ¡te apoyo completamente en tu empeño por esos nuevos Mandamientos para el 2016!”.