Mandarina

Mandarina

POR MARGARITA QUIROZ
Por lo general los cítricos poseen un olor especial, pero el de la mandarina no cabe dudas, es inconfundible. De suave cáscara y sabor dulce, esta fruta resulta deliciosa en jugos, licores, flanes, mermeladas así como en aderezos de carnes y mariscos.

Actualmente, en el país hay una sobreproducción de mandarina y tanto en los supermercados, mercados y puestos de ventas en la calle se ofertan tres por RD$10.

La temporada de mejor calidad puede durar hasta bien entrada la primavera y esto hace recordar el refrán: «Cuando acaba la buena mandarina, el verano está encima».

Resulta tan sencillo pelar y comer una mandarina que esto la ha convertido en una de las frutas predilectas de grandes y pequeños. Puede ser consumida fresca como postre o utilizarse en repostería de la misma forma que la naranja.

Su grato dulzor, escaso sabor ácido y suavidad de su pulpa convierten a la mandarina en uno de los cítricos más populares del mundo.

Al igual que el resto de cítricos, la mandarina proviene de las zonas tropicales de Asia. Antes de llegar a Occidente ya era famosa por su dulce sabor en los mercados de la India. Su nombre alude al color de los trajes que utilizaban los mandarines, altos gobernantes de la antigua China, por tanto, se puede afirmar que es una fruta originaria de China e Indochina. Su cultivo se introdujo en Europa en el siglo XIX. En la actualidad, son países productores Japón, Israel, Argelia y España, donde en la Comunidad Valenciana se produce el 90% de la mandarina del país.

La mandarina popular tiene un inconveniente, que es el exceso de semillas. Pero hay variedades como la satsuma y la clementina, que carecen de semillas. La primera apareció en Japón, después de varios cruces con otros cítricos. La clementina nace de la unión de una naranja con una mandarina, realizada en Argelia por un sacerdote llamado Padre Climent.

La mandarina (Citrus reticulata) es una fruta de la familia de las rutáceas, de tamaño mediano o pequeño. Presenta una piel de color amarillo vivo o anaranjado, delgada, rugosa y fácilmente despegable de la pulpa.

Esta familia comprende más de 1.600 especies. Además, el género botánico Citrus, que incluye a esta fruta, es el más importante de la familia y consta de unas 20 especies con frutos comestibles.

La pulpa está dividida en 10 o 12 gajos, los cuales tienen un agradable aroma. La mayoría de las variedades tienen forma esférica ligeramente aplanada.

Su composición nutricional es muy similar a la de la naranja, aunque los nutrientes se encuentran en una proporción inferior y, al ser un fruto más frágil, está más expuesto a sufrir daños durante la manipulación.

Contiene también carotenoides, responsables de su color típico, conocidos por sus propiedades antioxidantes, entre ellos el beta-caroteno. Por tanto, comparte las propiedades de la naranja como alimento que protege frente a las infecciones, además de ser depurativa y antioxidante.

Es importante para la conservación de la salud. A parte de consumirse cruda se pueden elaborar muchos productos farmacológicos. En los tratados de medicina china se le considera materia prima de primer orden.

La pulpa contiene vitamina C, vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno. Su piel tiene aceite volátil y glucósido y sus semillas, aceites grasos, proteínas y sustancias amargas.

Tiene propiedades broncodilatadoras y antiflamatorias adecuadas en el tratamiento de úlceras; ayuda al intestino y la digestión.

La mandarina, al igual que la naranja, puede ayudar a combatir los resfriados. Es igualmente aconsejable para las personas que padecen debilidad cardíaca o que desean fortalecer sus vasos sanguíneos.

ELECCIÓN Y CONSERVACIÓN

Los cítricos, si son jugosos, deben ser pesados, por lo que elegiremos las mandarinas que tengan mayor peso respecto a su tamaño, lo cual es indicativo que están llenas de jugo. Las de mayor calidad son las que tienen la piel blanda pero no arrugada y bien adherida a los gajos. El pedúnculo debe estar cortado al ras y el mejor indicativo de su calidad no es tanto el color de la cáscara, sino su olor, más dulce e intenso cuanto más madura está la fruta.

Una vez recolectada, la mandarina se conserva perfectamente a temperaturas de refrigeración, entre 3º C y 7º C, en la parte menos fría de la nevera. Si se quiere conservar por un periodo de una a dos semanas se puede incluso refrigerar por debajo de 3º C; y si se desea conservar por un mes o más tiempo, no es recomendable bajar de 5º C. Las pérdidas de peso debidas a la evaporación de agua pueden ser considerables en un almacenaje prolongado si no se consigue mantener la humedad relativa del aire al 90%.

PROPIEDADES

El componente mayoritario en las mandarinas es el agua y, respecto a otras frutas de su género, aporta menos cantidad de azúcares y por tanto menos calorías. La cantidad de fibra es apreciable y ésta se encuentra sobre todo en la parte blanca entre la pulpa y la corteza, por lo que su consumo favorece el tránsito intestinal.

De su contenido vitamínico sobresale la vitamina C, en menor cantidad que la naranja, el ácido fólico y la provitamina A, más abundante que en cualquier otro cítrico. También contiene cantidades destacables de ácido cítrico, potasio y magnesio. En menor proporción se encuentran ciertas vitaminas del grupo B y minerales como el calcio, de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.

FLAN DE MANDARINA

Ingredientes:

  • 6 mandarinas
  • 9 cucharadas de azúcar
  • 3 huevos
  • 300 miligramos de nata líquida
  • 1/2 de vaso de licor de mandarina
  • Un poco de agua
  • Un chorrito de zumo de limón
  • Hojas de menta

Preparación

Ponga cuatro cucharadas de azúcar en una sartén, añada un chorrito de agua y unas gotas de zumo de limón. Ponga al fuego y deje hervir hasta conseguir un caramelo oscuro. Bañe un molde apto para el horno y reserve.

Exprima cuatro de las mandarinas y reserve el zumo.

Ralle la parte externa de la piel de las mandarinas. Mezcla la ralladura con las otras cinco cucharadas de azúcar. Añada los huevos y bata con una varilla manual. Agregue el licor de mandarina, la nata y el zumo. Bata bien y vierta la mezcla sobre el molde caramelizado.

Cocínalo a baño María en el horno a 175-180ºC durante unos 25 minutos aproximadamente.

Eche la nata en una batidora de varillas eléctrica e introduzca la nata en una manga pastelera. Pele las mandarinas ralladas anteriormente, sepáralas en gajos y córtelos por la mitad a lo largo. Adorne el flan con la nata y los gajos de naranja.

ENSALADA DE MANDARINA

  • 5 mandarinas
  • 4 plátanos
  • 1 taza de piña
  • 3 mangos
  • 1/4 taza de uvas pasas
  • 1/4 taza de coco rayado
  • Miel al gusto

Preparación

Corte en pedazos las frutas y mézclelas. Sirva fría con un poco de miel al gusto.

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