En estos días en que Nelson Mandela, el gran protagonista en las sempiternas luchas por la igualdad racial, se enfrenta a serias complicaciones de salud que amenazan su larga y fructífera existencia, es pertinente recrear algunas ideas y pensamientos que reflejan la mentalidad liberal de un genuino defensor de la libertad humana.
Las suyas son expresiones forjadas con la fuerza existencial de una trayectoria de batallas contra el apartheid, una odiosa e inhumana práctica por la que sufrió cárceles y vejámenes de todo tipo hasta vencerla y llegar a la presidencia de Sudáfrica para liberar a su pueblo de la segregación.
En medio de sentidas oraciones de vecinos y admiradores en Pretoria por la recuperación de Madiba, como llaman al padre de la democracia sudafricana, su visión del mundo y de la vida adquiere renovada actualidad y constituye un valioso aporte al pensamiento liberal, en contraposición a la arrogancia, la intolerancia y los abusos contra los derechos humanos.
Ante la posibilidad de un desenlace por el agravamiento en su deteriorada salud, el hospital de esa ciudad es frecuentado a diario por una batería de equipos de televisión y reporteros de diferentes países y cadenas informativas que permanecen atentos a la evolución del líder antirracista.
Precisamente, en una recopilación sobre testimonios y vivencias se recoge un planteamiento que hizo Mandela sobre el ejercicio periodístico, en el cual se revela una justa valoración y defensa de una herramienta fundamental para la libre expresión del pensamiento, objeto de su lucha en pro de otras muchas reivindicaciones.
Su idea al respecto tiene la trascendente vigencia de las palabras que, además de ser fruto de firmes convicciones, están llamadas a perdurar en el tiempo y que mueven a reflexión a los amantes de la libertad: Una prensa crítica, independiente y de investigación es el elemento vital de cualquier democracia. La prensa debe ser libre de la interferencia del Estado. Debe tener la capacidad económica para hacer frente a las lisonjas de los gobiernos. Debe tener la suficiente independencia de los intereses creados para ser audaz y preguntar sin miedo ni ningún trato de favor. Debe gozar de la protección de la Constitución, de manera que pueda proteger nuestros derechos como ciudadanos.
Este pensamiento es un postulado de valor permanente que debe ser abrazado como estandarte por medios y periodistas que se empeñen, por encima de influencias e inclinaciones espurias, en realizar una labor informativa y de opinión comprometida con la verdad, los valores éticos y el interés de los ciudadanos de todas las condiciones sociales y económicas.
Otras dos frases ponen de relieve la importancia que le asigna a la honestidad en las ideas y la forma en que reniega de la falta de criterio propio, de la adulonería y de cualquier actitud petulante que tienda a reflejar supremacía o desigualdad: Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos. Nunca me he considerado un hombre superior, ni en mi vida fuera, ni dentro de la cárcel.
Luego de una vida intensa y llena de sacrificios, y sin dejarse deslumbrar por elogios y reconocimientos, Mandela también se ha ocupado de referirse a procesos en que pensadores como Séneca han tenido grandes meditaciones: La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad. Es la filosofía de vida de un hombre excepcional, un campeón de la libertad que nos invita a pensar y a no dejarnos seducir por lo aparente, pasajero o inauténtico.