Mandeng no entiende béisbol

Mandeng no entiende béisbol

POR LEONORA RAMÍREZ S.
Según la recomendación de un chico ácido, el Plan de Seguridad Democrática que aplica el gobierno contra la delincuencia y la criminalidad debe extenderse a Santiago, pero hacia las inmediaciones del Estadio Cibao, donde ayer se tuvieron que batir los Tigres del Licey y las Aguilas Cibaeñas.

La sugerencia del colega «liceista» se debió a las amenazas de varios «aguiluchos» que vaticinaban un matadero en el denominado valle de la muerte ¡Cosas del béisbol!

Pero Ousmene Mandeng, el representante residente del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien dicho sea de pasó concluyó su estancia en el país y será sustituido por Erick Offerdal, ni siquiera entendió esos comentarios tan ajenos a su cultura deportiva.

El funcionario llegó al encuentro pasadas las 12:30, y mientras firmaba el libro en el que los visitantes rubrican su paso por el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, algunas chicas ácidas percibieron que el león (el FMI) no es tan fiero como lo pintan.

De hecho, en una de sus intervenciones dijo «El Fondo se ha flexibilizado y prueba de ello es que esté aquí. Lo que ocurrió en la década de 1980 es poco representativo en comparación con la política del FMI hoy, pero hay ciertos principios que mantiene porque vamos a los países en momentos difíciles, cuando hay riesgos de colapso en su capacidad de pago y las medidas tienen que ser drásticas».

En el 1984, las medidas económicas implementadas en el país, como parte de un acuerdo con el FMI, provocaron una protesta general que tuvo como saldo decenas de muertos.

UNA MEZCLA RACIAL

Por el nombre y los rasgos físicos de Mandeng parecería egipcio, pero no, es alemán. Su padre es de Camerún y su madre de Alemania_de ahí el mestizaje.

El economista resaltó que la experiencia vivida en la República Dominicana, en el contexto de su trabajo con el FMI, le sirvió de mucho porque aprendió la importancia de conocer las realidades políticas de los países cuando se negocian convenios financieros.

Es probable que también haya aprendido que los chicos ácidos se las traen a la hora de argumentar sus preguntas.

Por ejemplo, German Marte, de HOY, le hizo esta: «Desde los tiempos de Zaqueo se sabe que a los usureros sólo les importa que les paguen, al FMI también?»

«Además de que paguen, que los países establezcan las bases para una recuperación duradera, para lo cual es preciso que se registren cambios estructurales e institucionales que representen modernización de los Estados».

Rafael Alonso, de El Día, tenía también su carta sobre la manga. «Usted cree que América Latina puede tener un crecimiento económico más humano sin el Fondo?

«Creo que sí. La presencia del FMI en la región tiene que ver con sus crisis económicas».

Emilio Ortiz, editor económico de El Nacional, lo refutó: «Pero la presencia del Fondo no se sintió cuando se hacían préstamos a países del tercer mundo que no tenían capacidad de pago».

Esta entidad trata de procurar mecanismos de transparencia con los bancos centrales de los respectivos países, para evitar desvío de recursos, pero ha habido casos extremos de países que recibieron fondos desproporcionados.

AL FMI NO LE IMPORTA EL METRO

El tema del Proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos del 2006 concentró gran parte de la atención de Mandeng, y en ese sentido quedó claro que no estaría en riesgo el acuerdo Stand-By si este no se aprueba.

Un chico ácido aprovechó para preguntarle si la construcción del Metro de Santo Domingo no le importaba al FMI.

«Nosotros ni tenemos la capacidad ni el conocimiento para poder establecer las prioridades de un gobierno».

¿Se oye o no se oye?

CIFRAS SIN MAQUILLAJE

Mandeng aclaró otra duda relacionada con la veracidad de las cifras emitidas por el Banco Central sobre el crecimiento económico del 2005, estimado en un 9.3%.

«No están manipuladas, pero la metodología utilizada para hacer la evaluación es muy antigua».

Otro chico ácido que siempre le busca la quinta pata al gato quiso enredarlo con el concepto de que, en consecuencia, esos datos están desfasados.

Pero el tipo no cayó en la trampa, más de una vez le reiteró que «esas cifras son consistentes con la metodología, que es de 1970, cuando la economía dominicana se basaba en la agricultura». 

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