Manejar el agua con racionalidad

Manejar el agua con racionalidad

El régimen de lluvias está alterado causando inundaciones y sequías devastadoras. República Dominicana no escapa a esa adversidad. Pero los medios para enfrentarla están disponibles con estructuras ya existentes o con instrumentos a los que se puede recurrir con prontitud. Gran parte de los embalses de presas hidroeléctricas y para riego están sedimentados por inoperancia o negligencia. Equipos buscados de urgencia debieron emplearse desde antes para dragar muchos lagos formados a lo largo de años con cuantiosas inversiones para aprovechar caudales de ríos y arroyos. La capacidad de almacenamiento está severamente disminuida y así es imposible crear buenas reservas y mucho menos evitar destructivos desbordamientos.

El país tiene que apretarse el cinturón contra la escasez de agua para usos humano o agrícola. Desperdiciamos mucho por mala cultura e irracionalidad a las que se suman incapacidades para corregir fugas de manera masiva. Es factible crear más pequeñas lagunas y perforar pozos para el aprovechamiento del subsuelo, y está a las manos cambiar cultivos y buscar variedades resistentes a enfermedades y estiajes. El riesgo por goteo, muy extendido en países de más conciencia, permite hacer parir la tierra con mínima irrigación. La sequía actual anticipa estragos en la producción de los alimentos de más uso por los dominicanos. Es hora de actuar con muchos recursos, energía y eficiencia.

ENSEÑAR ARTES Y PAGARLO BIEN

Promover el arte en aulas públicas tiene su importancia para la sociedad en adición a la enseñanza tradicional que se imparte para la formación del ciudadano. El arte y las artesanías deben ganar espacio en los programas del sistema educativo; y el recurso docente existente (y el que se agregue) en este gran momento de la educación en esas ramas debe recibir un trato salarial acorde a sus niveles de formación y en correspondencia con el resto del personal docente.

Es lamentable que en estos momentos las escuelas de arte estén paralizadas por profesores a los que se tiene postergada la elevación de ingresos en función de sus especialidades. Las escuelas públicas del arte no deben quedar al margen de las inversiones que fortalecen el sistema de enseñanza, lo que incluye no solo varilla y cemento, sino capacitación y mejoría de sueldos.

 

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