En la República Dominicana el enfoque de manejo del agua ha estado inclinado en soluciones de ingeniería e infraestructura, que si bien representan un gran capital físico y una fortaleza para la seguridad hídrica, debe complementarse con soluciones hacia la protección del suelo y de las fuentes de agua, así como de instrumentos regulatorios, económicos y educativos.

Así lo establece un estudio del Ministerio de Medio Ambiente y otras entidades que señala que para el manejo de la cuenca el proceso de gestión del agua requiere de la planificación estratégica y que los agentes actúen de manera coordinada.

Apunta que es relevante fortalecer los espacios de coordinación como el Consejo Nacional de Medio Ambiente, la Mesa del Agua y el Observatorio Nacional del Agua.
Señala que pese la importancia de la agricultura como usuario del agua, el Ministerio de Agricultura ha menguado su contribución y liderazgo en el sector.

Registro. En el caso del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos indica que esta entidad no mantiene el registro y control de todos los usos que se dan en los cuerpos de agua, por lo cual es necesario mejorar el mecanismo de asignación de derechos de agua con equidad.

No obstante, resalta las diferentes normativas que existen en el país para la planificación de la gestión del agua, así como las iniciativas en el ámbito del cambio climático.

El estudio “Plan de adaptación municipal hacia la seguridad hídrica” se realizó en conjunto con el Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (Cathalac) y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

De manera particular se recoge la situación de la cuenca del Yaque del Sur y localmente la situación de municipios de Guayabal, en Azua, y Tamayo de Baoruco.
Refiere que los actores consultados en la cuenca del Yaque del Sur indicaron que la carencia de información sobre el uso, las conexiones, la calidad y el caudal del agua limita las decisiones.

“En la gestión del agua, el monitoreo, junto con los sistemas de información hidrológica (sobre calidad y cantidad), son fundamentales para la ordenación de los usos, la administración de concesiones y caudales, la planificación del desarrollo y la gestión de riesgos”, indica el estudio.

Una cuenca vulnerable. La investigación refiere que la cuenca del Yaque del Sur, con una superficie de 5,061 kilómetros cuadrados, es la que cuenta con mayor potencial hídrico del país y es aprovechada y regulada por infraestructura de uso múltiple, especialmente para riego agrícola, incluyéndose el Valle de San Juan.

Se destacan las presas de Sabaneta y Sabana Yegua con una capacidad de producción de energía de 19.4 megavatios. Mientras que se construye la de Monte Grande, que tendrá una capacidad de 7.83 megas.

Sin embargo, es la cuenca más expuesta a la influencia de los ciclones tropicales, los cuales producen grandes crecidas e inundaciones, lo que implica que su vulnerabilidad es alta, señala el estudio.

Agrega que la producción anual de sedimentos en la cuenca del Yaque del Sur se estima en 11.4 toneladas por hectáreas como resultado del cambio de uso de suelo para los cultivos intensivos como el arroz y la caña de azúcar.