El pasado viernes el FMI aprobó la Carta de Intención contentiva de la 5ta y 6ta. revisión del Acuerdo Stand-By, dando acceso a US$1,120.34 millones. El destino de los fondos: alrededor de US$643 millones para apoyo presupuestario; US$217 millones para fortalecer las reservas del Banco Central y US$260 millones para  pagar una parte de los bonos del 2001. El aumento de las reservas internacionales y los RD$16 mil millones que el gobierno deberá entregar al Banco Central, en cumplimiento del programa de recapitalización, debe garantizar la estabilidad del tipo de cambio en los próximos meses, una buena noticia.  

Recordemos que el gobierno había dicho que estaba cumpliendo las metas fiscales, que era mentira lo que decía la oposición, que el Acuerdo Stand By estaba en el limbo. Los términos de la Carta de Intención lo dejan mal parado, la importante cantidad de dispensas que pide, respecto al total de metas, es la mejor demostración de las faltas incurridas. El reconocimiento público de las mentiras debió ser un trago amargo. De manera específica el déficit fiscal a diciembre de 2010 y a marzo del 2011; al pedir dispensas por ellas, el gobierno dio razón a los cálculos y denuncias oportunas de la Comisión Económica del PRD, destacando la existencia de dos cifras contradictorias, las del Banco Central y las de Hacienda. El FMI dio como buena y válida las primeras, como lo habíamos hecho nosotros.

Miremos la economía fiscal a diciembre venidero. El gobierno prometió terminar con un déficit de RD$33,500 millones, es decir, cumplir con la meta original, pero ya tenemos dos cifras inconsistentes. El Senado acaba de aprobar el proyecto de ley que modifica el presupuesto del 2011, autorizando transferir más de RD$13,000 millones a la CDEEE, al mismo tiempo modifica el déficit fiscal para que termine en RD$41,100 millones en diciembre del 2011. Estamos hablando de un exceso de RD$7,600 millones respecto a lo acordado con el FMI, inconsistencia que debe corregirse cuanto antes, porque de no hacerlo una lectura libre sería que nuevamente el gobierno piensa incurrir en excesos de gastos e  incumplir con los compromisos asumidos con el FMI.

Con mucha razón y juicio Hipólito Mejía ha dicho que con ahorros públicos se pudo evitar el paquetazo impositivo y terminar de aplicar el programa  del FMI sin sacrificar con impuestos a la población. En cuanto a la austeridad en el gasto, su posición es firme y definitiva, podría decirse es la piedra angular de su programa de gobierno para el periodo 2012-2016. Los ahorros en el gasto público conducirán a un superávit primario en el presupuesto, reduciendo el déficit de la balanza de pagos, el endeudamiento para esos fines y la presión que ejerce sobre el tipo de cambio. El nuevo nivel de déficit externo tendría una feliz explicación: sería fundamentalmente el resultado del exceso de inversión privada sobre el ahorro privado, garantizando el crecimiento sostenido con empleos productivos, por lo que el déficit de la balanza de pagos no sería carga para la economía. Por esa razón Hipólito Mejía ha dicho que asumiendo el mando, eliminará los obstáculos que mantienen paralizada la inversión privada.