Manifiesto de las «siete artes»: Ricciotto Canudo y el cine como totalidad

Manifiesto de las «siete artes»: Ricciotto Canudo y el cine como totalidad

Por Bienvenida Polanco-Díaz

‘’Finalmente el ‘círculo en movimiento’ de la Estética se cierra hoy triunfalmente en esta fusión total de las artes que se llama Cinematógrafo’’. Esta contundente afirmación la hizo pública en 1921 Ricciotto Canudo, en ‘L’usine aux images’.

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Posvanguardismo y arte

Para denominar a todo lo que ha seguido después del Vanguardismo -último de los siete grandes movimientos de la cultura de Occidente- y a falta de un término definitorio más convincente, se usa el vocablo ‘Postmodernismo’, desarrollado por Francois Lyotard en el ensayo breve ‘La condition posmoderne’. El pensador francés lo publicó en los años setenta de la centuria pasada pero su precedente directo era la novela ‘La condition humaine’ de André Malraux, Premio Goncourt 1933.

Cuando he tenido la oportunidad proclamé y continúo pregonando la importancia de comprender el orden sucesivo de aquellas grandes etapas del arte Occidental en su esquema cronológico a partir de la Edad Media; en mi caso, a fin de presentarlo de la forma más coherente posible ante mis alumnos universitarios para la asignatura ‘Literatura Universal’. De principio debo reafirmar la relevancia del número ‘siete’ en nuestra cultura, su conexión con el cumplimiento de etapas perfectamente identificables de la historia humana y con los conceptos ‘Acabado’, ‘Fin’ y ‘Perfección’.

A la mayoría de los lectores les resultará de escasa dificultad identificar al cine como el llamado ‘séptimo arte’. No suele ser tan fácil empero nombrar con certeza cuáles son cada una de las seis restantes que junto a los materiales de la Naturaleza son las herramientas que nos han sido dadas en una invitación implícita de crear y llevar a término la propia imaginación para encauzar la capacidad creativa y cuyo ordenamiento y definición ha sido un quehacer filosófico desde la antigüedad.

Taxonomía de las artes

En la Grecia Clásica y durante el periodo helenístico el arte por excelencia fue la arquitectura, considerada como el ‘arte mayor’. En la época romana existieron varias clasificaciones de las artes. Cicerón -103 a.C, 43 a.C- catalogó las artes según su importancia: Artes mayores: política y estrategia militar; Artes medianas, ciencias, poesía y retórica; y Artes menores: pintura, escultura, música, interpretación y atletismo. La clasificación que más perduró en el tiempo fue la del médico y filósofo Galeno -126 d.C, 201 d.C- realizada y que perduró hasta el Renacimiento al conjuntarlas como ‘Artes liberales’ y divididas a su vez en: Trivirum – gramática, retórica y dialéctica-; Quadrivium -aritmética, geometría, astronomía y música-; y Artes mecánicas -arquitectura, escultura y pintura-.

En la Edad Moderna el siglo XVIII acuñó el término ‘bellas artes’. La denominación fue hecha por Charles Batteux (1713 – 1780) en su obra Les Beaux-Arts réduits à un même principe, de 1746 en la que quiso unificar las numerosas teorías sobre la belleza y el arte que existían en esa época. Dentro de las bellas artes, incluyó a la pintura, la escultura, la música, la poesía y la danza. El resto de las artes, entre las que se encuentran la arquitectura y la retórica, las definió como ‘artes mecánicas’.

Ricciotto Canudo, ideólogo del ‘séptimo arte’

El filósofo alemán Friedrich Hegel -1770,1831- estableció el concepto de arte -unido indisolublemente al de Belleza y Verdad- y su clasificación en el ensayo Lectures on Aesthetics volvió a la taxonomía de las cinco artes: Arquitectura, Escultura, Pintura, Música y Poesía. En los albores del siglo XX Ricciotto Canudo -1877, 1923- artista italiano destacado como dramaturgo y crítico de cine retomó la división plasmándola en la que se usa comúnmente en la actualidad: Arquitectura, Escultura, Pintura, Música, Poesía y literatura, Danza y Cine. Para canudo el cine es un equilibrio entre los ritmos del espacio y los ritmos del tiempo y se refería a los ritmos del espacio como las artes plásticas: la pintura, la escultura y la arquitectura. Y a los ritmos del tiempo como las artes rítmicas: la música y la poesía. De esta fusión nace el cine, que para Ricciotto Canudo será el arte total.

El 28 de diciembre de 1895 los hermanos Lumiére proyectaron la primera película de la historia. La pasión de Canudo por el cine se centraba en la capacidad de este para capturar la vida en movimiento.

En su primer texto publicado ‘El nacimiento de un arte: ensayo sobre el cinematógrafo’ de 1911, el autor se expresó fascinado por la posibilidad de fusionar ciencia y arte:

“Nuestro tiempo ha sintetizado en un impulso divino las múltiples experiencias del hombre. Y hemos sacado todas las conclusiones de la vida práctica y de la vida sentimental. Hemos casado a la Ciencia con el Arte, quiero decir, los descubrimientos y las incógnitas de la Ciencia con el ideal del Arte, aplicando la primera al último para captar y fijar los ritmos de la luz. Es el Cine.

El Séptimo Arte concilia de esta forma a todos los demás. Cuadros en movimiento. Arte Plástica que se desarrolla según las leyes del Arte Rítmica.

Ése es el lugar en el prodigioso éxtasis que la conciencia de la propia perpetuidad regala al hombre moderno.

Las formas y los ritmos, lo que conocemos como Vida, nacen de las vueltas de manivela de un aparato de proyección”.

En su concepción del cine, Canudo estuvo influenciado por las ‘Vanguardias’, especialmente por el Futurismo (Reitano 2006). En 1916, se firmó en Italia el ‘Manifiesto del cine futurista’, por su cercano amigo Filippo Tomasso Marinetti -1876,1944- y otros representantes de aquel movimiento cultural.

El texto defendió que el cine es el arte más puro, y que debería liberarse del resto de las artes y hacerse valer por sí mismo; también señala al Cine como el puente entre la palabra y el objeto real.

Canudo, esteta italiano

Canudo fue un continuador de la casta de estetas italianos que a través de la Historia han aportado a la Filosofía del arte. Nacido en Gioia del Colle, estudió en el Instituto Tecnico Superiore de Bari, donde se licenció en física, y más tarde de lenguas orientales y estudios bíblicos en la Universidad de Florencia.

Inmerso en los ambientes de las Vanguardias, a los 24 años se estableció en París, donde ejerció como corresponsal. Estableció amistad con Apollinaire, con quien mantuvo una amplia correspondencia, Braque, Picasso, Ravel, entre otros.

Entre muchas otras publicaciones, fundó la revista ‘Montjoie’ en 1913; y La Gazzette des sept arts, en la que en 1923 publicó el ‘Manifeste des Sept Arts’.

Para Canudo, con el cine nacía el ‘arte total’, ‘la plástica en movimiento’, ‘el alma de la modernidad’ ya que reunía y conciliaba en su lenguaje y expresión la dimensión plástica de la pintura, la arquitectura y la escultura y la dimensión rítmica de la danza, la música y la poesía. En su ‘Club de los amigos del cine’ el primero que existió, reunía la élite intelectual parisina de la época (Bresson, 1997) para tratar los diferentes aspectos de ‘’este prodigioso recién nacido de la máquina y del sentimiento’’: Jean Coacteau, Germaine Duluc, Jean Epstein…

Es de esencial importancia señalar la ausencia del ‘Teatro’ como parte del canon en los diferentes conjuntos de arte antes mencionados. Sin embargo, el Teatro es, definitivamente, una de las seis artes básicas; Será tema para un siguiente artículo.

Respecto al ‘Séptimo arte’ Canudo lo definió magníficamente al concebir al Cine como captador y fijador de los ritmos de la luz, un ‘’arte vivo, el primero que no es solo movimiento sino movimiento eterno y a través del cual se puede jugar una y otra vez con la luz y las sombras, la risa, el llanto, las palabras’’. //