Manigat: la intelectual que quiere ser la primera presidenta electa de Haití

Manigat: la intelectual que quiere ser la primera presidenta electa de Haití

Puerto Príncipe, (EFE).- La académica y exprimera dama Mirlande Manigat aspira a convertirse este domingo en la primera mujer elegida presidenta de Haití en las urnas, para lo que se enfrentará en la segunda vuelta de los comicios al cantante Michel Martelly.

Si gana, Manigat será la segunda mujer que ocupe la presidencia, pero la primera presidenta electa, pues la anterior mandataria, la juez Ertha Pascal-Trouillot, no fue elegida por sufragio universal sino que aceptó encabezar un gobierno civil interino del 13 de marzo de 1990 al 7 de febrero de 1991.

Nacida en Miragôane (sur del país) hace 71 años en el seno de una familia católica, Mirlande Manigat ha conocido de primera mano los entresijos del poder como esposa del expresidente Leslie Manigat, quien gobernó Haití en 1988 durante 130 días antes de ser derrocado por un golpe de Estado.

En su discurso como candidata presidencial y líder de la Reunión de los Demócratas Nacionales Progresistas (RDNP) -el mismo partido que lideró en su día su marido-, Manigat pone el énfasis en cuestiones como la justicia social, la lucha contra la corrupción y la recuperación del sentimiento patriótico.

Plantea la retirada gradual de la Minustah, la misión de estabilización de la ONU presente en Haití desde que una rebelión armada en 2004 forzó la dimisión del presidente Jean-Bertrand Aristide. Pero quiere hacerlo con prudencia.

«Los haitianos no quieren a la Minustah en su país porque ofende la dignidad de un país libre, pero en estos momentos es vital que permanezca en Haití porque la Policía haitiana sólo cuenta con unos 10.000 efectivos para una población de 10 millones de personas», afirmó durante la campaña electoral de la primera vuelta de los comicios.

La candidata conoce el exilio en un país que arrastra un pasado de violencia política. Ya acompañó a su marido cuando tuvo que huir tras el golpe de Estado que le derrocó. Con anterioridad, los Manigat habían pasado doce años exiliados en Francia y Venezuela, durante el régimen de Jean Claude Duvalier. Fue precisamente en París donde la pareja se conoció y se casó en 1970.

De regreso a Haití en 1986, la figura de Mirlande Manigat fue ganando peso a medida que la de su marido lo perdía. Primero fue conocida -aunque brevemente- como primera dama, y luego destacó por méritos propios.

En las elecciones de 2006, a las que su marido volvió a presentarse y perdió frente al actual presidente, René Préval, fue elegida senadora por Puerto Príncipe. Sectores feministas no le perdonan que renunciara a su escaño por las presiones de su esposo, quien denunció fraude electoral, y consideran que traicionó la confianza de quienes votaron por ella.

Otros sectores afirman que su figura se ha visto ensombrecida por el «oportunismo político» de su marido y ven al matrimonio demasiado ligado a la aristocracia haitiana y alejado del pueblo.

Aún se recuerda que, tras su derrota, Leslie Manigat se refirió al electorado como «el perro que vuelve a su vómito». Ahora, el clima parece que ha cambiado e incluso los más críticos ven a los Manigat como un «mal menor» frente al oficialismo.

Ambos tienen prestigio intelectual y nunca se han visto salpicados por casos de corrupción.

Madre de una hija y abuela, esta ávida lectora de Agatha Christie se ha esforzado por distanciarse de la gestión de Préval, al que ha criticado duramente.

Pese a ello, ciertos sectores haitianos la consideran ligada al sector gubernamental, que ha quedado formalmente fuera de la carrera por la Presidencia aunque parte con ventaja en la segunda vuelta de las elecciones legislativas que también se celebran el domingo.

Su rival en la lucha por la presidencia, Michel Martelly, subraya que Manigat «o gana ahora o no lo hará nunca», y afirma que existe una alianza entre ella y Préval. EFE

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