La mañana del 27 de mayo de 1965, en el fragor de la Revolución de Abril, un tanque de guerra estadounidense estaba apostado en el sótano del Banco Central, para impedir que las tropas del general Antonio Imbert Barrera se llevaran dinero de las bóvedas para pagar a los empleados públicos y a los militares.
Ese es uno de los testimonios que aparecen en el segundo tomo de las memorias de Bernardo Vega, titulado “Intimidades en la era global”.
El historiador, como testigo de excepción ya que entonces laboraba en el Banco Central, relata que Imbert Barrera, como presidente del “Gobierno de Reconstrucción Nacional”, pretendía usar parte de los dólares que el Gobierno de Estos Unidos depositó en la Reserva Federal de Nueva York, para que el Banco Central los convirtiera en pesos y pagara exclusivamente a los empleados civiles.
“Estaba claro que a los americanos les interesaba mantener tranquilo al interior del país, pero también que ningún empleado o militar fuese pagado ese día 25, excepto en los pocos casos de los organismos autónomos como éramos nosotros, los del Banco Central”, afirma.
De acuerdo con su relato, el gobierno encabezado por Imbert Barrera solicitó al Consejo Directivo del Banco de Reservas un anticipo de RD$7.0 millones, y a la Junta Monetaria un redescuento por el mismo monto.
Ambas solicitudes fueron aprobadas, expresa Vega en su relato al destacar que “eso significaba que se les pagaría a los empleados públicos y a los militares con dinero “inorgánico”, es decir, sin respaldo de moneda extranjera”.
“Con esa información me apresuré donde el agregado económico de la embajada americana y lo puse al tanto. Su reacción fue inmediata.
“El día 27 por la mañana, cuando fui temprano a trabajar, al tratar de entrar mi carro al parqueo asignado en el sótano del Banco Central no lo pude hacer pues la policía de bancos me lo impidió, señalándome un enorme tanque de guerra norteamericano que había sido colocado dentro del sótano, con su gran cañón apuntando hacia afuera.
“Se había logrado que el gobierno de Imbert no hiciese uso de dinero “inorgánico” del Banco Central. Eso también significaba que los días de ese gobierno estaban contados”.
En ese sentido Vega afirma que haber informado a los norteamericanos sobre lo que pretendía hacer Imbert Barrera fue su humilde contribución política durante la Revolución de Abril de 1965.
Ese acontecimiento surgió a raíz de que, un grupo de militares, dirigidos por el coronel Francisco Alberto Caamaño, lucharan por la restitución del depuesto gobierno constitucional de Juan Bosch, que se instauró el 27 de febrero de 1963 y fue derrocado el 25 de septiembre del mismo año.
Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano, encabezó el primer gobierno democrático tras la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo.