Manny Machado ya ha ganado dos Guantes de Oro, ha asistido tres veces al Juego de Estrellas, ha terminado en tres ocasiones entre los 10 primeros en la votación al premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana y ha conectado al menos 30 jonrones en cada una de las últimas tres temporadas.
Sin embargo, a los 25 años, la joven estrella de los Orioles comenzará esta temporada con mucho que demostrar.
Demostrar que puede defender el campocorto, la posición que siempre ha querido defender, en el más alto nivel. Demostrar que su cuerpo puede mantenerse sano tras dos cirugías de rodilla en la más exigente de las posiciones del cuadro interior.
Demostrar que puede ser un líder de los Orioles en la que será su última temporada antes de la agencia libre, y demostrar una vez más que sus críticos estaban equivocados.
«Creo que en realidad hemos visto dos capítulos de su vida», dijo el primera base de los Indios y cuñado de Machado, el cubano Yonder Alonso. «Primero vimos sus años jóvenes, subir a las Grandes Ligas a los 20, 21 años. Y ahora ves a alguien que ha evolucionado y entiende que tiene que aprender de sus errores y mejorar. Está ayudando a estos muchachos jóvenes a aprender de él. Es un pelotero especial y estoy emocionado por lo que vamos a ver pronto».
Machado todavía odia ver los videos. Sus errores allí, a la vista de todos. Son el recuerdo de un Machado más joven y volátil, una combinación con la que se ganó una no muy deseada fama: joven, talentoso y temperamental.
Estuvo el espectáculo del 2014 ante Oakland, cuando Machado pensó que Josh Donaldson lo había tocado muy duro y, más adelante en la serie, se vengó lanzando su bate hacia Donaldson en la tercera base. Aquello causó que se vaciaran las bancas.
En junio del 2016, Machado se fue hasta el montículo después de que el dominicano Yordana Ventura, el ya fallecido pitcher de los Reales, lo golpease en la espalda con una recta de 99 millas por hora. Machado lanzó un golpe, causando una reyerta, y fue expulsado del juego junto a Ventura.
Alonso y Jon Jay, dos nativos de Miami que han servido como mentores para Machado, se lo dejaron claro: Hay una forma correcta de hacer las cosas y otra muy distinta es comportarse como él lo había hecho.
«Cuando pasó lo de Josh Donaldson, yo tenía una cantidad de cosas pasando en mi vida y la rodilla todavía no estaba al 100%», dijo Machado. «Obviamente, no hay excusas para lo que hice, pero ésas son cosas que la gente no ve en este lado del juego. La gente sólo piensa, ‘Ay, qué fácil la tienen (los peloteros), están ganando millones de dólares’. Pero fue grandioso que ellos dos fuesen honestos conmigo y me dijesen, ‘Mira, así es cómo tienes que manejarlo la próxima vez. No te enganches’.
«Lo que quiero decir es que soy un muchacho joven. No fui a la universidad, ellos sí. Tuve que aprender mucho. Hay que ser inteligente con las cosas que haces y las cosas que dices».
En ese sentido, la gente cercana a Machado afirma que ha habido cambios sutiles en los últimos años. Ha entendido -gracias en buena medida a gente como Alonso y Jay- que sus acciones y sus palabras tienen consecuencias.
«Manny simplemente ha crecido como persona», dijo Yainee, la esposa de Machado. «Esas cosas pasaron hace mucho tiempo. Mientras se ha convertido en alguien con más experiencia, creo que quiere ser más líder dentro del equipo. Quiere que los muchachos nuevos sigan sus pasos, y quiere hacer las cosas de la manera correcta».