Manny Pacquiao se apuntó su 60ma victoria el domingo en el séptimo round sobre el argentino Lucas Matthysse, el primer nocaut que propina el filipino en nueve años.
Pacquiao indicó haberse preparado duro para el combate, pero se dijo sorprendido por el fácil triunfo para hacerse del título mundial pero welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Pacquiao se recuperó de una decepcionante derrota el año pasado ante el australiano Jeff Horn y su nocaut sobre el argentino de 35 años podría extender su carrera boxística que había perdido prioridad ante su carrera política como senador en su natal Filipinas.
«He vuelto al boxeo. No estoy acabado, sigo aquí», dijo el filipino, de 39 años.
Agregó que su «convincente victoria» por el título de la AMB, su 12do por un campeonato, demostró que la edad no es un obstáculo.
«Es sólo cuestión de tiempo. Uno debe descansar y recuperarlo, y eso fue lo que hice», explicó.
Por su parte, Matthysse asimiló la derrota al subrayar que eso es parte del boxeo y, tras elogiar a Pacquiao al llamarlo una gran leyenda, añadió que se tomará una pausa luego de la derrota.
El argentino ha ganado por nocaut 36 de sus 39 peleas.
El presidente Filipino Rodrigo Duterte y el primer ministro malayo Mahathir Mohamad acudieron a ver la pelea, la función de box más importante en Malasia desde el enfrentamiento de 1975 en peso completo entre Muhammad Alí y el australiano Joe Bugner.
«Quiero felicitar al senador Manny Pacquiao por enorgullecernos y unir al pueblo filipino una vez más», dijo Duterte.
Pacquiao controló, desde el comienzo, la pelea disputada en el centro Axiata Arena y consiguió que el argentino tocase la lona en los asaltos tercero y quinto antes de derrumbarlo de nuevo en el séptimo.
Una izquierda de «Pac-man», su mano buena, y un «uppercut» desvanecieron las ilusiones del chubutense.