Rob Bradford
Boston Herald. El pelo de Roger Maris puede haberse caído durante su lucha por el récord de jonrones, pero las trenzas de Manny Ramírez solo siguen creciendo.

“Me estoy divirtiendo”, dijo Ramírez, “eso es todo”.

Eso podría sorprender a muchos, considerando que Ramírez solo tuvo tres hits durante la blanqueada de siete juegos de los Medias Rojas en casa.

Y por ahí estaba escrito el 498 en rojo y blanco, significando el total de jonrones de por vida del toletero.

Son dígitos que no se han alterado mucho desde que el conteo comenzó en el Fenway Park.

“Esa señal no tiene nada que ver con esto”, dijo Ramírez de sus recientes problemas ofensivos.

“Solo estábamos viendo algunos vídeos y estaba haciendo algo mal, pero ahora sé lo que era así que voy a estar bien”.

Ramírez ahora tiene ocho juegos sin sacar la bola del parque y tiene solo dos en sus últimos 28 encuentros.

Más importante para el cuarto bate, sin embargo, es encontrar el ritmo que tenía al comenzar el mes, cuando su promedio de bateo, que ahora está en .287, se encontraba en un robusto .343.

Ramírez también se ponchó dos veces el jueves, sumando ocho en sus últimos cinco juegos.

Su total de ponches por el año se mantiene en 48, más de la mitad de su total del 2007, en 92.

“Se está metiendo en conteos de bateadores y quizás está levantando demasiado su pierna y por eso no está muy bien para batear”, dijo el coach de bateo de los Medias Rojas, Dave Magadan, de Ramírez. “Uno se da cuenta, porque deja pasar muchas bolas por falta de tiempo”.