¡ Mano dura !

¡ Mano dura !

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
La situación en que se encuentra el país está llevando a las autoridades a tomar medidas que podrían calificarse de extremas y peligrosas, pero necesarias.

La delincuencia ya no respeta edad, sexo, condición social, etc.

Y, aunque parezca mentira, todo podría arreglarse simplemente, solamente aplicando la ley. El problema es que cualquier delincuente sale a la calle después de estar tres meses en prisión, en espera de su juicio que sabe Dios cuándo se llevará a cabo.

Mientras tanto, los asaltos, los asesinatos, aumentan diariamente, a pesar de los esfuerzos que hace una parte de la Policía Nacional, la parte buena, honrada y sacrificada de la Policía Nacional.

Pero eso no basta, mientras tengamos el Código Procesal Penal actual y los jueces y fiscales que nos gastamos, ¡ y a qué precio !

La decisión de desarmar a la población civil, es en parte, desacertada. Porque se le quita el arma a aquellos que de verdad la necesitan para protegerse él, proteger a sus familias y proteger sus bienes. Pero, ¿ quién le quita el arma a los delincuentes, que poseen desde simples revólveres calibre 32, hasta fusiles y ametralladoras Uzis, israelíes.

O sea, desarman a los buenos quienes, por tanto, se ven contra la pared y aumentan por lo tanto el poder de los malos.

La situación puede dañar no solamente la paz y la tranquilidad de que antes se gozaba, sino que podría alejar el turismo extranjero de nuestras playas.

Recientemente, una pareja de turistas extranjeros en Puerto Plata fue asaltada y, si mal no escuché, violaron la hija de la pareja. ¿Qué creen ustedes que hará y dirá esta pareja, víctima de la delincuencia dominicana? Primero, ya tiene que haber salido del país y, segundo, debe de haber declarado a la prensa y amigos lo que le pasó…¡en la República Dominicana!

Y, ¿quién de nosotros cree que compatriotas de esta pareja se atreverá a vacacionar en nuestro país en el futuro? Y esa noticia ya se ha difundido por todo el continente americano, y a otros continentes.

Yo soy, y ya lo he escrito, partidario de que el delincuente debe ser tratado como se merece, para que las reincidencias no sean el pan de cada día. Eso de aumentar de 30 años a 40 las penas de prisión, es perder el tiempo. En el tiempo que lleva la República Dominicana libre e ¿independiente?, jamás nadie ha cumplido 30 años de prisión. Entonces, ¿para qué perder el tiempo aumentando la pena a 40 años?

¡ Mano dura es lo que necesitamos? Y hacer bueno aquello que dice “ojo por ojo y diente por diente.

La cadena perpetua, sin posibilidad de que “por buen comportamiento” un delincuente salga libre con apenas 15 ó 20 años de prisión, no resuelve nada.

Yo insisto en que, aunque sea una medida extrema (y pedimos perdón a Dios por eso), la pena de muerte se impone para que los malos sepan a lo que se enfrentan cuando cometen un asesinato, violan una mujer o una niña, etc.

Mientras estén hablando basura, ¡pura basura!, aquellos que se oponen a dicha pena ignoran paladinamente a dónde nos está llevando dicha posición.

El asesino, el violador, seguirá gozando de impunidad mientras no tomemos las medidas que impidan o, cuando menos, rebajen el número de esos delitos.

¡ Mano dura para los asesinos y delincuentes !

¡ Mano dura para los jueces y fiscales venales que estiman que una medida de coerción … de tres meses, por ejemplo, es suficiente !

Hora es ya de que la justicia dominicana sea saneada, porque de serlo la delincuencia sufriría un duro golpe y poco a poco llegaría a desaparecer, dejando el campo libre sólo para ladronzuelos de poca monta.

¡ Mano dura, señor Presidente, “en sus manos está el pandero”!

Las “cumbres” a las que usted es tan aficionado, no nos sirven de nada. Quédese en el país más tiempo y tome las medidas que el pueblo sano está esperando. De no hacerlo así, de seguir ese pueblo sufriendo los salvajes zarpazos de los asesinos, de los violadores, de los ladrones “de alto voltaje”, veo su futuro político sumamente oscuro.

En el 2008 yo votaré por aquel a quien no le tiemble el pulso para que, con mano dura, erradique del país el miedo que hoy mantiene encerrados a sus ciudadanos de noche en sus casas, o temiendo cualquier agresión cuando, de día, se dirija a su trabajo.

El caso de Angel Lockward, acaecido hace pocos días, es una prueba del poder que hoy tienen los delincuentes. Fue secuestrado en la misma puerta de su casa, junto a su esposa. Todos fueron llevados lejos de allí y puestos en libertad, llevándose los delincuentes la yipeta de Lockward. Y gracias a Dios que no los mataran. Fue un milagro, ¡un verdadero milagro !

¡ Mano dura, señor Presidente, pues todo lo que pase en el país se le atribuirá a su Gobierno, que podría ser calificado de “blandito”, “indiferente” o simplemente de “desmemoriado”, por no haber sabido lo que pasó del 2004 al 2008, o simplemente por no haber sabido o podido imponerse a la maldad y la injusticia.

¡ Mano dura, señor Presidente !

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