POR SORANGE BATISTA
MANOGUAYABO.- Tengo que volver a mi ranchito porque no tengo donde más vivir y uno no va a estar arrimado, expresó la señora Juana Francisca Amparo, de 68 años, cuando, al igual que otras familias, se disponía a retornar a su casa en el barrio El Control ubicado a orillas del río Haina.
Aunque no registraron pérdidas humanas los moradores de esta zona aún no se reponen del asombro que les provocó ver al río, junto al cual habían convivido por años, desatar una furia tal que destruyera casas completas.
Así le ocurrió a la casa de María Ramona Regalado, quien con el lodo a la mitad de las piernas trataba de recuperar algo de lo que el río le dejó, pero con una determinación firme: yo no vuelvo a vivir aquí.
A ella el amanecer del lunes 29 de octubre, le sacó las lágrimas de la impotencia, cuando alertada por su esposo bajó de la cama y se encontró con que el agua casi le llegaba a las rodillas.
Eran como las 5 de la mañana y tuvimos que salir sin llevarnos nada, dijo mientras observaba sus muebles, camas y demás artículos cubiertos por los sedimentos del Haina que fue desbordado por la influencia de la tormenta Noel.
A pesar de que aún los suelos mantenían un nivel elevado de saturación y que parte el barrio está ubicado sobre una zona de deslizamiento, muchas de las familias afectadas por la crecida del río trataban de recuperar su normalidad.
AYUDAS
Según moradores hasta ayer sólo habían recibido un camión de ayuda que entregó ropas, fundas de agua y cajitas de leche para los niños enviado por el ayuntamiento de Santo Domingo Norte.
Pero se quejan de que no tienen donde dormir ni cocinar. Dicen que la ayuda al municipio se ha concentrado en los refugios y se han olvidado de ellos.
REFUGIOS
El principal refugio de este municipio es el Liceo Las Américas, al que siguen Hato Nuevo, Bella Colina y Bienvenido, en todos aún permanecen damnificados a la espera de ser reubicados, aunque otros han retornado a sus vulnerables viviendas.
En Las Américas quedan 177 personas que a diario reciben ayuda tanto oficial como caritativa.
Este refugio fue uno de los primeros visitados por el presidente Leonel Fernández, quien allí dispuso que las paridas fueran ubicadas en otros lugares, para preservar la salud de los niños.
Con esta disposición nueve mujeres, entre ellas dos que presentaron parto en pleno refugio, fueron llevadas una casa alquilada y amueblada con camarotes, cunas, lavadora y estufa.
Sin embargo, aún quedan niños refugiados a cuyas madres se les ha prometido lo mismo.
Un refugio adicional fue improvisado en la parte trasera del colmado Kilas, donde el señor Lin Lachapelle tiene alojadas a cuatro familias.
Con rostro de mujer con niños de la mano la Tormenta Noel dejó casi sepultada esta comunidad cuyos moradoressólo apelan a la ayuda oficial para vivir más seguros.