Manolo: ¡héroe nacional!

Manolo: ¡héroe nacional!

FIDELIO DESPRADEL
¡Fueron certeras y bien ponderadas las palabras del Presidente Fernández en el acto oficial que declara a Manolo Tavárez como héroe nacional y a sus 28 compañeros, como mártires de la patria!: «Venimos hoy, simple y llanamente a reconocer este esfuerzo denodado, desinteresado y patriótico de este grupo de luchadores..». «Manolo y sus compañeros alzados en armas no solo rechazaban la sociedad del latrocinio, del despojo y la tiranía, sino que tenían un plan claro de una sociedad plural, abierta y democrática, que reconocía la dignidad y el decoro de los dominicanos.» Estas son parte de las certeras palabras del señor Presidente.

Manolo Tavárez fue la figura central y el indiscutible líder revolucionario, en el periodo más importante vivido por nuestro pueblo (1959-1965), desde la Guerra Restauradora de 1863-65.

Y ese periodo de 1959-1965, constituye el «espacio histórico» en que el pueblo dominicano construyó, con su propio esfuerzo, una alternativa política y una visión y determinación de lo que debería ser la sociedad dominicana.

El joven Manolo Tavárez y su generación política, sembraron el país con los más altos valores éticos y políticos (desde los tempranos años de 1958-59, hasta la Guerra de Abril de 1965), y tuvieron el inmenso acierto político, de encabezar una insurrección armada contra el gobierno usurpador del Triunvirato, enarbolando como bandera la «Constitución de 1963» y «La reposición del gobierno constitucional».

No hubiera sido posible que el pueblo dominicano acumulara toda la fuerza que hizo posible el estallido de abril de 1965, si esa generación política que encabezaba y encarnaba Manolo no hubiera asumido como bandera propia la «Constitución de 1963» y el camino del «derrocamiento», por la fuerza del pueblo, del gobierno usurpador del Triunvirato, y si, al interior de las Fuerzas Armadas, la generación militar encarnada y encabezada por el coronel Fernández Domínguez, no hubiera enarbolado firmemente, contra todas las corrientes que planteaban otros caminos, la «Constitución de 1963» y la conspiración militar para derrocar a los golpistas de 1963.

Se trata pues, no solo de un Héroe Nacional y de una pléyade de mártires de la patria, continuadores de los héroes y mártires de la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, sino de constructores y forjadores de una alternativa política, lo cual no había acontecido en el país, desde la guerra restauradora de 1863-65.

Ha existido en nuestro país, hasta el día de hoy, una gran confusión e ignorancia acerca del tema de «construcción de alternativas». La izquierda latinoamericana y del mundo, hizo una interpretación errónea de las experiencias históricas, inducida por el estalinismo y el dogmatismo predominantes en el movimiento revolucionario mundial en las décadas posteriores a la segunda guerra mundial. Para esa izquierda, los partidos eran «alternativas»; los frentes políticos eran «alternativas; sus propuestas de plan de gobierno o programas, eran «alternativas». Pero resulta que, en este aspecto, ni siquiera el inmenso Movimiento Revolucionario 14 de Junio, encabezado por Manolo, era una «alternativa». La Alternativa se construyo a «golpe de yunque», desde los tempranos años de 1958-59, donde se pusieron en movimiento los mas grandes valores éticos y políticos de toda la historia republicana dominicana.

Pero ni siquiera esa constelación de hechos, ejemplos y arquetipos, son suficientes para que el pueblo pueda «construir una alternativa». Se requieren para ello, condiciones históricas especiales, tanto nacionales como internacionales; una generación política ejemplar y visionaria; partidos y organizaciones funcionales con la época y las tareas; y se necesita de grandes aciertos políticos y ejemplos, como los de Manolo y su generación y el coronel Fernández Domínguez y su corriente militar. Todo eso junto, articulado en una forma compleja y única, fue construyendo la alternativa que estallo en Abril de 1965, donde el pueblo dominicano y el «Movimiento» que se desato desde los años de 1959-61, fueron los protagonistas centrales.

Es por ello que es tan importante que cuando las generaciones de jóvenes de hoy pongan su atención sobre este periodo histórico y sus figuras mas señeras, lo hagan aquilatando la verdadera dimensión e importancia histórica de las acciones y los ejemplos que sembraron estos hombres y mujeres, hijos del pueblo dominicano.

Mucho mas, cuando en la República Dominicana de hoy, se vienen dando condiciones para una nueva convergencia de fuerzas y para nuevos «movimientos» sociales y políticos, como respuesta a esa República Lacaya que nos han construido, libremente, los mismos sectores sociales, metaformoseados en los sectores hegemónicos de la sociedad de hoy, los cuales nos conducen hacia un despeñadero, cuyo único destino es la perdida de la soberanía y de la capacidad de la nación para ser cuna de un pueblo feliz, con una vida en dignidad.

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