Manolo Prince “Soy un privilegiado del deporte”

Manolo Prince  “Soy un privilegiado del deporte”

Para Manolo Prince, quien el 20 de este mes llegará como inmortal del deporte, será la primera vez que asiste a un ceremonial del Pabellón de la Fama.

“Mira, aunque recibiré el baño de la inmortalidad, el pueblo dominicano y mucha gente en el exterior siempre me saluda con el nombre de inmortal y no lo era de hecho”, precisó al ser entrevistado en el “Diálogo con los Deportistas” que produce Franklin Mirabal para HOY.

Explicó que cuando recibió la noticia de que sería llevado al Pabellón de la Fama, se sintió contento y que el pueblo se iba a sentir muy alegre.
Su historia en el deporte. Dijo que le agradece a sus padres Luis Prince y Flor María Rodríguez, por haberlo traído al mundo y brindarle la educación que le dieron.

“Pero, hay un capítulo especial con mis abuelos, José Hernández Romero, de origen puertorriqueño y Altagracia Rodríguez”, apuntó con emoción.
Recordó que su abuelo lo llevaba a jugar béisbol, a ver partidos del Licey al estadio y a la UASD.
También lo llevaba a las piscinas de los hoteles Jaragua, Hispaniola y El Embajador.

Un gran privilegio. Expuso que tuvo la gran fortuna de estudiar en el Colegio Santa Teresita, de las hermanas Roque, que le inculcaban el amor al deporte a sus alumnos.

“Ahí conocí en el 1963 a Faisal Abel y Humberto Rodríguez, quien formaron un equipo con los alumnos del colegio”, sonrió de buena ganas al hacer la anécdota.

Exclamó que también conoció a Enrique Ripley Marín, quien llevó a estudiar a su hijo, Geo. Dos grandes robles. Enfatizó Manolo Prince que en ese lugar también conoció a don Virgilio Travieso Soto y Wichie García Saleta, quienes les brindaban sanos consejos a todos los jóvenes.

“Allí me encontré con Baldemiro Volquez, Rafael Mencía, Hermanos Asmar, entre otros, fue una bonita época”, precisó Manolo Prince, figura seguida por miles de jóvenes en el país.

“Bebí de la mejor fuente”. Afirmó que tuvo la dicha de recibir consejos de esas grandes glorias del deporte y por eso se siente bendecido por Dios.
Félix Aguasanta lo invitó.

Añadió Manolo que luego de jugar en Villa Francisca con Benítez por allá por el l966, el entrenador Félix Aguasanta lo invitó a ir al Eugenio María de Hostos a entrenar con San Lázaro teniendo 16 años.

“Esa invitación fue algo grande para mí, fuí esa noche al Eugenio y Aguasanta me pasó por el lado y no vió, me marché a casa llorando, pero al otro día, Félix volvió a casa para decirme que regresara a las prácticas”, apuntó.

Y abundó: “Esa noche me puso abrir quinteto, para mi asombro, y encesté 21 puntos y jamás salí del cinco iniciador”. Jugó desde el l966 hasta el l974.
Con la Selección. Dijo que llegó a la Selección Nacional en l969 al Centro-basket en Cuba y quedaron con marca de cero ganado y ocho fracasos.
Luego asistió a varios torneos Centro-Basket y no tuvieron buenos desempeños.

Anécdota con Eduardo Gómez. Indicó que para los XII Juegos en el Palacio, ante la llegada de Eduardo Gómez tuvo que quitarse su franela para dársela a Gómez, a pesar de la oposición de algunos jugadores.

“Todo quedó ahí y miren quien fue Eduardo Gómez para el país en el basket”, precisó.

Oro en Centro Basket l977. Prince declaró que esa medalla fue el despegue del basket dominicano.

“La Selección estaba dividida, ya que había antagonismo entre jugadores de San Lázaro y de Naco, que pelearon la final y había disgustos, pero todo eso se olvidó en Panamá y se logró el oro”, manifestó.

ZOOM
Amante del Jazz, el rock, Yoga

Manolo Prince, quien tiene la Fundación Comunidad Modelo San Lázaro, enclavada en Jobo Bonito, es un amante de la música de Jazz, del rock, de la música de la India. “Recuerdo que Titi Báez, la hemana de Héctor Báez, y el doctor Frank Canelo, me introdujeron al Yoga en el l992 en Nueva York.

Sostuvo que en la Fundación vienen desarrollando una labor social con todos los habitantes de la comunidad donde hacen operativos médicos, tienen un consultorio, un plan social donde brindan comida a los envejecientes. “Es alto que te llena la vida, esas personas que saludan con un cariño inmenso, algo que no se puede describir con palabras”, abundó.

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