Manolo Tavárez hoy

Manolo Tavárez hoy

Mañana se cumplen 46 años del asesinato de Manolo. Le tocó vivir una época en extremo difícil, cuando la tiranía de Trujillo, estabilizada en los principios y mediados de los 50,  bregaba por extenderse en el tiempo. Como revolucionario y  visionario que era, se puso por encima de sus contemporáneos y concibió, junto a su generación política, la estructuración clandestina de toda la resistencia para organizar la insurgencia del pueblo dominicano, y arrancar de raíz la tiranía y sus secuelas.

Manolo era el líder y el apóstol de tiempos difíciles. Y aunque cayó asesinado a destiempo, contribuyó como el que más a imprimirle un signo distintivo a la época que le tocó vivir y a desatar el acontecimiento más trascendente del pasado siglo, como fue la Guerra Patria de Abril.

Hoy, nuestra Patria vive un momento aún más difícil que el que le tocó vivir a ese gigante que se llama Manolo. El capitalismo e imperialismo están sumidos en su decadencia; su senilidad empuja a la humanidad hacia la barbarie, y en nuestro diminuto país, una oligarquía integrada por los herederos de aquellos que decidieron que “Manolo no podía salir vivo de las lomas” y  las cúpulas de los grandes partidos y la iglesia, inauguran un proyecto conservador, cónsono con los poderes que dominan el mundo, que ha potenciado todos los males heredados,  cambiando la cara de esta Patria de hombres y mujeres trabajadores y honestos.

Esa oligarquía tripartita, que sigue el bastón de mando de lo que el Ing. Espaillat Nanita denomina la plutocracia mundial, no actúa hoy ni solapada ni desesperadamente como lo hizo  cuando conspiraron contra su amo, en 1959-60, ni en los desgraciados momentos del golpe de Estado contra Bosch y de la invasión norteamericana de 1965. ¡No!. Esa oligarquía tripartita  adquirió la mayoría de edad. Es dominicana de origen y extranjera por sus intereses y acciones. Y ha logrado arrinconar y enmudecer a una parte fundamental de nuestro pueblo, articulando un proyecto neoconservador, que de consolidarse, terminará destruyendo la Nación Dominicana.

Manolo es para esta nueva época. Lo es en su pensamiento y en su práctica. Y lo es en el ejemplo para todas y todos aquellos, que comprendiendo y llorando el desastre actual, no se han atrevido todavía a dar un paso al frente para ponerle un alto al retroceso y sus protagonistas.

Y para aquellas y aquellos, que le hacen el juego al poder establecido, levantando la figura de Manolo como un icono, para confundir la juventud y servirle de oropel a los responsables de este desastre, Manolo es el dedo acusador, como cuando Jesús en el templo blandió el  látigo contra los comerciantes.

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