Manos expertas

Manos expertas

RAMÓN LEONARDO
El presidente Leonel Fernández afirmó recientemente que el país no puede caer en manos inexpertas, «no puede estar en manos de gente, cuyo único mérito es su fortuna personal».

Yo podría decir que no puede caer en manos de gente como «Pepín Corripio, Alejandro Grullón, Luis Núñez, Víctor Méndez Capellán, Frank Rainieri, Luis Estrella, Félix García, Jesús  Moreno y muchos otros más», pues son personas cuyo único mérito es haber acumulado una fortuna fruto del trabajo tesonero, disciplinado, con principios familiares y cristianos.

El presidente Fernández no es una de esas personas. Su historia se divide en dos etapas: Antes y de después de la Presidencia.

Antes de ser presidente no tuvo la capacidad para acumular fortuna con su trabajo y ya en la Presidencia ha logrado abultar su patrimonio y el de la Fundación Global.

Sin experiencia gerencial y administrativa. Sin los atributos que adornan a los empresarios antes mencionados, el presidente Fernández ha gobernado improvisando y ejecutando obras muy personales, todas muy alejadas de los objetivos fundamentales de cualquier gestión de gobierno: Reducir radicalmente la brecha social acumulada y fortalecer la institucionalidad vía el cumplimiento de las Constitución y las leyes.

El presidente Fernández y el PLD tienen el triste precedente de haber realizado un gobierno similar en el cuatrienio 1996-2000 y fueron electoralmente derrotados, a pesar de los índices macro-económicos «milagrosos».

Derrotado electoralmente, el presidente Fernández no aprendió la lección y echó la culpa de la derrota a la candidatura del que hasta hace poco fue su estratega gubernamental y hombre de confianza: Danilo Medina.

De ahí nació la frase faraónica «Solo con Leonel se gana».

Colocado en el gobierno otra vez, gracias a la crisis generada por el fraude bancario más grande del mundo, este gobernante inexperto, manejador de informaciones y de un discurso sofista, da señales de mitomanía aguda, confundiendo la realidad con los sueños.

El pueblo dominicano vuelve a sufrir decepciones con un gobernante inconstitucional, violador de todos los preceptos jurídicos, aún los promovidos por él mismo, que ha sometido al pueblo dominicano a un postergamiento social que duele y duele en lo más profundo del corazón de ese 70% del pueblo que dice hoy en las encuestas que su situación económica está mala o muy mala.

Con bajas calificaciones en eficiencia gubernamental y manejo de la corrupción (Banco Mundial), con un nivel de confianza bajísimo (ANJE), con una política electoral clientelista y corruptora, y con un crecimiento del PIB basado en importaciones masivas y no en desarrollo del aparato productivo; el presidente Fernández contempla desesperado como el 57% obtenido en las elecciones del 2000, anda por el 26% en el Cibao y apenas sobrepasan el 30% a nivel nacional, siendo derrotado en todas las encuestas radiales y televisivas que ayer ganaba holgadamente.

No dispuesto a ceder el poder, falto por completo de inteligencia, elaboró un presupuesto electoralista por medio del cual manejará a su antojo más de 30 mil millones de pesos. Realmente y para terminar, necesitamos salir de estas manos «expertas» y traer a la Presidencia las manos «inexpertas» de los brillantes gerentes y administradores que han sabido acumular fortunas personales de forma exitosa sin necesidad de ser presidentes.

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