Mansour, el veterano embajador de Israel no es judío, es druzo

Mansour, el veterano embajador de Israel no es judío, es druzo

El nuevo embajador de Israel en la República Dominicana, doctor Bahij Mansour, es un veterano diplomático experto en temas políticos y religiosos, que ha servido al Estado hebreo durante tres décadas, pero, distinto a sus antecesores, no es judío, ni practicante del judaísmo. El emisario israelí es druzo, o druso, un vocablo que define a una minoría religiosa musulmana radicada principalmente en el Líbano, Siria, Israel y Jordania.

Los druzos hablan árabe, la mayoría se considera de esa etnia, excepto algunos oriundos de Israel, y siguen ciertos patrones sociales alárabes. Sin embargo, los musulmanes del Medio Oriente no los consideran musulmanes, aunque los druzos defienden que su religión es islámica.

Según cifras del portal Wikipedia, existen alrededor de dos millones de drusos en el mundo, la inmensa mayoría situada en Oriente Próximo con importantes comunidades de emigrantes en Egipto, Libia, Nigeria, Liberia, Australia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, España, Estados Unidos, Canadá, México, Venezuela, Brasil, Argentina, Colombia y Chile.

Nacido en la comunidad druza de Isifia, en Israel, el embajador Mansour presentó sus cartas credenciales al presidente Danilo Medina en agosto. Su ámbito diplomático es concurrente con Haití, Jamaica, Dominica, Grenada, Antigua y Barbuda. Es licenciado en Ciencias Políticas y Estudios Israelíes por la Universidad de Haifa, posee una maestría de la Escuela de Seguridad Nacional. Habla hebreo, árabe, inglés y portugués. Casado, es padre de cuatro hijos.

En entrevista concedida a este diario y a nuestro programa de TV, el representante israelí explicó que la religión druza obliga a sus fieles a servirle al Estado que les concede ciudadanía. En tal virtud, su currículum vítae es amplio. Empezó como soldado en las Fuerzas de Defensa de Israel, fue miembro del Consejo de Seguridad Conjunto (CSC) en negociaciones con los palestinos y laboró en la Oficina Superior de Enlace con la Armada Egipcia.

Ha sido embajador de Israel en Angola, San Tomé y Príncipe, consejero político de la embajada de Israel en Amman, Jordania, jefe de la sección de América del Norte del Departamento de Invitados Especiales del Ministerio de Relaciones Exteriores, primer secretario de la misión permanente de Israel en la ONU y realizó un curso de formación para cadetes diplomáticos.

El éxito llegó entre los años 2006 y 2013, antesala de su misión actual en Santo Domingo, cuando dirigía el importante Departamento de Asuntos Religiosos de la cancillería hebrea. Desde allí cerró unas delicadas negociaciones que permanecieron trabadas durante 20 años, al acordar un convenio bilateral de cooperación religioso entre el Vaticano y el Estado judío. El papa Benedicto XVI lo condecoró con la Cruz Dorada.

¿Quiénes son los drusos? ¿Judíos, cristianos o musulmanes? ¿Son sunitas, chiitas o fatimitas? ¿Fe, religión o secta?

Frente a esta andanada de incisivas preguntas, el culto embajador Mansour responde con profundidad y precisión: “Los druzos como seguidores de la Fe Unitaria Druza, o Fe del Tawhid (Muwajeddin), no son musulmanes, mucho menos judíos o cristianos, ya que tenemos nuestra propia cultura, doctrina, textos y costumbres propias”.

Expone una serie de principios fundamentales que marcan las diferencias con las demás religiones: los druzos son honestos, no pueden hablar mentiras; son monógamos, sus mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, distintos radicalmente a musulmanes; no comen carne de cerdo; igual que musulmanes, cristianos y judíos, los druzos creen en Dios Todopoderoso, pero para ellos es un ser supremo, único, indivisible y sempiterno, que no tiene color ni forma, ni tuvo hijos.

Tampoco creen en la Santa Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo), ni en que Dios se hizo hombre. Para los druzos, Cristo fue la mente universal en su tiempo, comoHamza Ben Ali en el nuestro. Abraham, Moisés y Mahoma fueron grandes misioneros dignos de la Fe Unitaria, pero debido a las enseñanzas que impartieron, sus seguidores tomaron rumbos distintos, dando origen a las grandes religiones monoteístas conocidas.

Su día sagrado es el jueves para no coincidir con el día venerable del Islam que es el viernes, tampoco con el Sabbat (sábado) de los judíos ni con los domingos de los cristianos. Aunque consideran suyos y asequibles a todos los templos de Dios, sean sinagogas, mezquitas o iglesias, los druzos tienen sus propios lugares sagrados llamados maylis o khal’wi (retiro, en árabe), donde sus maestros o masheyij se reúnen para transmitir la fe a quienes buscan el conocimiento, generalmente en la noche del jueves a viernes, el día bendito.

Al Hakem Bin Amrillah, un ser espiritual que se iluminó en una montaña cerca de El Cairo, no es Dios, tampoco fue asesinado como reseñan sus adversarios, pero fue un gran maestro de la fe, que por causas del destino estaba llamado a ser Califa del Imperio Fatimita, sin tener derecho hereditario a ello, con el fin de proclamar la fe unitaria o del Tawhid en el mundo musulmán de entonces. La desaparición y último regreso de Al Hakim son los puntos cardinales de la fe drusa actual.

Debido al origen precedente, y como los fatimitas son musulmanes de ascendencia chiita, los druzos han sido tildados como rama del chiismo y, por ende, de procedencia islámica. Pero nada cercano a la realidad. Sin embargo, reputados tratadistas aseguran que los orígenes étnicos de los drusos son oscuros. Según N. Bouron –Enciclopedia GER-, los mismos drusos los desconocen. Los considera indoeuropeos y no semitas. Dentro del Islam, la doctrina religiosa drusa constituye una ramificación ismailí.

La Enciclopedia Católica describe a los druzos como una pequeña secta mahometana en Siria, notoria por su oposición a los católicos maronitas, que viven en las laderas del Líbano. Su nombre propio deriva de un persa de la corte de Al Hakim en Egipto (año 1015). Después repudiaron toda conexión con Muhammad bin Ismail Addarazi y se denominaron unitarios o Muwahhedinn, por el énfasis que ponen en la unidad de Dios. Su historia comienza con la llegada de este Muhammad huyendo de Egipto, pues este persa tuvo la audacia de leer dentro de una mezquita abarrotada de musulmanes un libro que tendía a decir que Al Hakim, el fatimí loco, era una encarnación de Dios.

Los drusos sustentan una tesis que para el cristianismo resulta imperdonable herejía. Diferencian a Jesús, el hijo de José, de Cristo. Sostienen que Jesús desobedeció a Cristo y por ello Jesús fue crucificado. Entonces Cristo, oculto bajo la forma de uno de los discípulos, robó el cuerpo de Jesús de la tumba y extendió la noticia de que Cristo había resucitado, todo ello para que los drusos pudieran ocultarse temporalmente dentro de la religión de Jesús.

No obstante, el druso Mansour se siente a gusto estrechando los lazos entre el Estado judío y la cristiana República Dominicana.

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