Las sociedades marchan al ritmo de la esperanza y la ignorancia, en su cotidiano accionar.
El diario vivir pauta las creencias y actitudes de los actores principales en una sociedad, sin importar su nivel de escalamiento piramidal e intelectual.
Dentro de este estado de cosas, surgen eventos muy importantes, que conforman, morfológicamente, el pensar de estas sociedades: religiones y creencias; guerras; estados; leyes; eventos deportivos; partidos políticos; torneos electorales; macro y micro economía, etc.
Estos eventos influyen en el desarrollo de esquemas de codicia, que se van entronizando en las sociedades a medida que estas van abandonando sus valores morales e históricos. Esto asi, debido a que ¨el tener, no importa como¨ se convierte en el paradigma estatutario de las familias, sin importar su sitial social o económico.
Nuestra nación dominicana no escapa al anterior esquema y es por eso por lo que vemos, ya casi sin asombro, el surgimiento de eventos señeros de corrupción de magnitudes impensables solo hace unas décadas atrás.
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En un informe de la Oxfam, del 2019, esta calculó el costo de la corrupción anual, durante el periodo 1998/2018 en unos RD$42,000.00 millones de pesos o sea, el 1.5% del Producto Interno Bruto promedio, del periodo.
Sin embargo, recientemente la corrupción ha generado cifras muy superiores a estas, donde se habla de niveles muy superiores. Si asumimos un PIB esperado de RD$608,510,637,900.00 y si los casos más sonoros de corrupción podrían llegar a los RD$125,000 millones de pesos, la corruptela acumulada podría ser aproximadamente el 20.5% del PIB para este 2022.
Amigo lector, sin lugar a dudas que el ¨mantgequilleo¨ financiero y fiscal deja chiquitico al personaje de la Sabana Grande de Boyá.
Lo anterior, refleja un no muy bien disimulado propósito de crear ¨una tendencia¨ que contribuya a desviar la atención publica al desfalco grosero de todos estos años, apuntalando a un personaje pintoresco, con fines inconfesables.
Mantequilla, es una victima en sí, de estos despropósitos y en su vernácula ignorancia, lo asume como un logro o victoria en contra el Establishment, cuando es precisamente lo contrario.
Los esquemas financieros de índole piramidal son muy comunes en los tiempos de incertidumbre económica-financiera. Bajo éstos, surgen brotes de ansiedad y desesperación que llevan a las personas a incurrir en esquemas de esta índole, donde al fin de cuentas, ¨Tó e Tó y Ná e Ná¨. En resumen, nuestro personaje Mantequilla, es un émulo de la esperanza sumida en la ignorancia