PINELLAS PARK, EEUU (AFP).- Los padres de la estadounidense Terri Schiavo, que lleva 15 años en estado vegetativo, presentaron este sábado una nueva petición de emergencia ante la Suprema Corte de Florida para que se le reinserte la sonda alimenticia, retirada ocho días atrás por orden judicial.

La más reciente apelación, anunciada por la cadena CNN, fue hecha luego de que un juez del condado de Pinellas (oeste) rechazó este sábado hidratar a la mujer, en uno de los últimos esfuerzos de la familia por salvarle la vida.

El abogado de su familia había dicho que ya no recurriría más a las cortes federales para apelar el caso, mientras la mujer espera su muerte en cuestión de horas o días.

La muerte de Terri Schiavo «no es inminente» en estos momentos y la espera en calma en el centro de salud de Pinellas Park (oeste de Florida) en donde está internada, dijo este sábado George Felos, el abogado de su esposo, Michael Schiavo, que fue quien solicitó a la justicia la desconexión de la sonda alimenticia.

Felos convocó una conferencia de prensa a pedidos de su cliente para «aclarar» el estado de salud de la mujer, que lleva ocho días sin recibir alimentos, ante informes de sus familiares que indican que parece una «víctima» del Holocausto y que se desvanece sin hidratación.

Según el abogado, quien la fue a visitar el sábado por la mañana, Terri, quien lleva 15 años en estado vegetativo, «está calmada, pacífica, descansando cómodamente y sus labios no están resquebrajados» como afirma su familia.

«Eso simplemente no es cierto», dijo Felos, «ella se veía preciosa» y es cuidadosamente atendida por el personal médico del centro.

Más allá de las versiones de una u otra parte es imposible conocer la verdadera condición de Terri, aunque su padre, Bob Schindler, dijo este sábado por la mañana, después de haberla visto, que «aún está bastante bien dadas las circunstancias».

El juez George Greer, quien ordenó la desconexión del catéter alimentario de la mujer el viernes pasado, debía decidir si permitía la hidratación intravenosa de la mujer, analizando un testimonio según el cual Terri intentó decir que «quería vivir» cuando le desconectaron el catéter.

Greer determinó que cualquier expresión de Schiavo, en estado vegetativo hace 15 años, es un reflejo y no una acción consciente según «toda la prueba médica creíble que este tribunal ha recibido durante los pasados cinco años».

La última petición estaba basada en una declaración jurada de una abogada de la familia de la mujer, quien afirmó que ésta intentó decirle el viernes pasado en su habitación «¡Quiero vivir!», pero no pudo articular palabra.

«Estas declaraciones juradas de ninguna manera muestran o tienden a demostrar lo contrario» a las pruebas presentadas en corte, agregó Greer en su orden de cinco páginas.

Los abogados de la familia de Terri adelantaron que el caso está cerrado en los foros federales. Un tribunal federal de distrito rechazó dos veces ordenar la reconexión del catéter, el de apelaciones de Atlanta lo hizo tres veces y el Supremo estadounidense se negó esta semana por quinta vez a intervenir.

La familia se resiste a su muerte a pesar de las decisiones judiciales que le dieron la razón al esposo de la mujer, Michael Schiavo, quien afirma que ésta nunca hubiese querido vivir por medios artificiales.

Frente a la clínica de Pinellas Park en donde Terri aguarda su muerte, el padre de Terri, Bob Schindler, sostuvo en una voz apagada que su hija está «peleando como el demonio por mantenerse viva», por lo que queda oportunidad para salvarla.

El viernes había dicho que estaba «en sus últimas horas».

Schindler, quien el viernes reclamó con firmeza la intervención del gobernador de Florida, Jeb Bush, para que ordene por decreto que su hija sea mantenida con vida (aunque éste ya dejó claro que no puede hacer más nada), pidió ayuda a «quienquiera que tenga la autoridad para salvarla».

La custodia policial ha aumentado frente al centro donde la mujer se encuentra internada, y en hechos aislados un hombre fue detenido en Carolina del Norte (este) el viernes por el FBI, por enviar un mensaje por correo electrónico ofreciendo una recompensa de 250.000 dólares por la cabeza de Michael Schiavo, y de 50.000 por la de Greer.

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Una mujer protesta en las afueras en donde está hospitalizada Terri Schiavo, en Florida. AP