Los hombres agresores tienen un sistema de pensamientos basados en ideas erróneas y estereotipadas sobre el rol de las mujeres y la posición que ocupan socialmente con relación a ellos.

El juicio está contenido en el manual por un Buen trato Familiar y de Género que auspicia el Despacho de la Primera Dama, de la autoría del psicoterapeuta Luis Vergés Báez.

Durante el acto, la primera dama, Cándida Montilla de Medina, expresó que un buen trato de familia y de género son la vía idónea para construir una cultura de paz.

La obra escrita por Vergés Báez es un recurso didáctico que apoya uno de los proyectos de la Primera Dama que tiene el programa, Comunidades Inteligentes.

Montilla de Medina exhortó a la población a incorporar la práctica de buen trato, desde el hogar y tomar medidas comunitarias que impregnen soluciones del sentido colectivo que demanda la epidemia de violencia.

Indicó que su Despacho insistirá en involucrar a las familias, porque sin ellas y sus integrantes resulta mucho más ardua la tarea de erradicar la violencia.

Violencia. El texto define la violencia y sus tipos en torno al hombre agresor, sus ideas suelen ser extremistas y les hace concebir expectativas sobre las mujeres que en la práctica son irrealizables.

Otra característica del hombre agresor es la rigidez del pensamiento y los conflictos no resueltos con la familia de origen y sobre todo, con las figuras cuidadoras.

“Contrario a lo que puede pensarse, más que encontrar justificación en factores externos, la violencia del hombre agresor, es una reacción a sus propios conflictos internos”, señala el autor.

Vergés Báez analiza además, la crisis por dependencia emocional, la cual se caracteriza por los altos niveles de dependencia que desarrollan los agresores hacia sus parejas, en quienes depositan la fantasía de ser fuente de gratificación de gran parte de sus necesidades.

Entre los aspectos de vulnerabilidad emocional que tienen estos hombres están, las dificultades para regular las emociones, sobre todo el miedo y el enojo.