Manuel A. García Saleta – Benjamín Ramos

Manuel A. García Saleta – Benjamín Ramos

Leyendo las reseñas publicadas en diferentes periódicos y revistas nacionales sobre los acontecimientos que sucedieron hace 40 años, del Movimiento 14 de Junio, puedo afirmar que hay muchos héroes anónimos que han sido olvidados y omitidos en esas reseñas, que fueron figuras preponderantes e importantísimas en esos acontecimientos que sucedieron en el 1963.

Entre esas personalidades está el doctor Benjamín Ramos, quien era una de las personas más allegadas y confiables para Manolo, por sus amplios conocimientos políticos, sociales y económicos y quien le sirvió de consejero y asesor de una manera sincera, voluntaria y sin pretensiones.

Quiero dar testimonio de un suceso que aconteció durante la preparación de la insurrección del 1963, durante el mes de noviembre de ese mismo año sobre la posición que mantenía el doctor Benjamín Ramos sobre ese proyecto.

A principio del mes de noviembre, Fidelio Despradel me llamó y me dijo que tenía sumo interés de hablar personalmente con Benjamín Ramos para tratarle un asunto de mucha importancia y quería que lo llevara donde él estaba para explicarle, personalmente, ciertas cosas que estaban sucediendo. Le dije a Fidelio que tenía que contactarlo para ver si aceptaba o no su visita; Benjamín se cuidaba mucho de que conocieran donde se encontraba; lo llamé y aceptó, pero advirtió que si descubrían su escondite, Fidelio tenía que responder con su vida.

Pero bien, el martes siguiente llevé a Fidelio a visitarlo. Durante la conversación Fidelio le habló de muchas cosas interesantes, pero no le decía lo más importante. Entonces intervine en la plática y le dije: Fidelio dile a Benjamín la decisión que ustedes han tomado. Al oír eso Benjamín preguntó: ¿qué es?

Cuando Fidelio le dijo que pensaban irse la próxima semana para la montaña, se paró de la cama inmediatamente y nos dijo: esta conversación se acabó. Cuando salíamos, me llamó y me dijo que fuera el viernes a buscar un documento que le enviaría a Manolo.

El viernes lo procuré; el documento era contentivo de cinco páginas manuscritas de ambos lados; fui directamente donde Manolo que todavía permanecía en casa, y se lo entregué; lo leyó cuidadosamente y luego que terminó, me dijo que lo leyera. Lo hice y le aseguro que era un mensaje donde le explicaba a Manolo que no era oportuna esa decisión porque la situación política internacional estaba cambiando con relación al golpe de estado a don Juan Bosch; el Perú estaba dando los primeros pasos para reconocer el gobierno de facto, instalado ya, en el Palacio Nacional.

Le recordaba también, que luego de ese desgraciado acontecimiento en contra del gobierno de Bosch, no se había producido ningún movimiento popular en contra del golpe, actitud que daba a entender que la insurrección no era oportuna todavía porque no tenía ningún apoyo popular que la justificara.

Espera, no te desesperes, trata de calmar a los cabezas caliente y aguarda la oportunidad que nos pueda favorecer en esta coyuntura histórica que estamos viviendo, le decía además, infinidades de cosas importantísimas para preservar el movimiento 14 de Junio.

Manolo me ordenó que se lo entregara a Fidelio Despradel para que el Comité Ejecutivo Central lo estudiara y decidieran sobre lo expresado en ese documento por el doctor Benjamín Ramos.

Manolo expresó que en principio estaba de acuerdo con Benjamín, pero que acataría, incondicionalmente, la decisión que tomaran la mayoría del Comité Ejecutivo Central; se aplazó la salida.

El doctor Benjamín Ramos fue la persona designada por Manolo y el CEC para que quedara a cargo del Partido 14 de Junio durante su ausencia. Benjamín luchó por todos los medios salvarle las vidas al grupo de Manaclas. Yo era el enlace entre Benjamín Ramos, Roberto Duvergé y Juan B. Mejía; esos dos dirigentes se quedaron a cargo de las actividades revolucionarias en las ciudades, para aliviar la presión militar a los guerrilleros nuestros.

Cuando mataron el 23 de noviembre al Presidente Kennedy, Benjamín volvió a remitirle otro documento a Manolo, donde le advertía que si los americanos habían matado su propio Presidente, por ser un poquito liberal, qué no harían con un foco guerrillero de la República Dominicana.

Después que Manolo y su grupo desaparece, Benjamín trató de restablecer el Partido 14 de Junio. Explicaré en otra ocasión, ese asunto.

El doctor Benjamín Ramos merece el reconocimientos de los supervivientes de esa jornada por su actitud responsable y solidaria con Manolo y frente a los sucesos ocurridos.

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