UBI RIVAS
Manuel Arsenio Ureña es un empresario oriundo de la aún hoy sección de Guama, municipio de San José de las Matas con un profundo sentido del uso y/o usufructo del dinero para extrapolarlo al bienestar social. Se ufana con muy sobrados motivos enaltecientes de que Jánico es la única comunidad libre de analfabetismo en el país, donde ha auspiciado becas y adoptado como padrino escuelas.

Esa actitud es asaz laudable considerando que conforme al experticio del VIII Censo Nacional de Población y Vivienda 2002, se registran 742, 174 dominicanos analfabetos. (El Nuevo Diario 03-07-04).

Manuel Arsenio Ureña postula en el sentido de que resulta imposible, por demás, inaceptable desde todos puntos de consideración, que se asigne exclusivamente el rol de erradicar el analfabetismo y la delincuencia al gobierno, sino que todos los empresarios deben unirse en las dos cruzadas, como lo ha hecho siempre él sin aguardar la contrapartida de beneficio personal de pasar factura, sino de simplemente entender que cumple con su cuota de responsabilidad con la sociedad.

Extrapola ese compromiso espontáneo a la salud, al medioambiente y los deportes.

El ha estado vinculado desde muy tempranito al Plan Sierra, un proyecto de doble vertiente, joint venture, si quiere definir, porque el Estado dominicano proporciona la base, la tierra, y la otra parte los recursos, que provienen en su mayoría de organizaciones foráneas preocupadas por el destino de núcleos humanos en función de elevar la calidad de la vida y al mismo tiempo restaurar las áreas degradadas de los ecosistemas.

Descarta que la pobreza constituye un limitante para educar a la prole y sí un fallo de los rectores de hogares en asumir sus responsabilidades para con los hijos.

Todo eso lo externa con absoluta convicción un hombre que como la mayoría de los de su estatura, han surgido de condiciones muy humildes, que, empero, no le obstruyeron la capacidad de poder detectar la evolución de la grama cuando crece, es decir, interpretar la evolución de la sociedad y los obstáculos que siempre se yerguen como aparentes valladades insalvables, cuando en realidad, lo son.

Esas vivencias las ha sabido conformar, como si fuese una masa de barro, para esculpir los lineamientos de una sociedad evolucionada, con planos referenciales de civilización tan altos como ambiciosos que reditúen en beneficio de los ateridos de la fortuna.

Su vocación de empresario ha ido siempre ayuntada con la promoción de la educación como lo detectan sus acciones en la vetusta Academia Santiago que fundara el educador Sergio Hernández y prosiguiera el profesor Antonio Cuello.

Su perfil está presente en la UASD, PUCAMAIMA, O&M, Universidad Nordestana y por supuesto, en el ISA, fragua de forjadores de profesionales conectados con la producción agropecuaria, conformado por visionarios como él, Víctor Espaillat Mera, imposible de olvidar jamás; Jimmy Pastoriza, Poppy Bermúdez, Marcos Antonio Cabral Bermúdez, Rafael Sebastián Mera Checo, Salvador Jorge Blanco, Octavio Almonte Fermín. ¡Que trova de quesares, caballero!

En la versión empresarial, Manuel Arsenio Ureña, un personaje de relieve imposible de intentar pasar desapercibido, conduce y proyecta el Banco ADEMI para servicio social en las capas más apremiantes de la sociedad, préstamos de $80 mil para cambiar pisos de tierra y techos de zinc por cemento.

Enfocado a la mini, pequeña y microempresa para que con menos de lo que se paga para un viaje sin retorno en yola a Puerto Rico, se inicie una autogestión empresarial, oteando el Oriente, la República de China en Taiwán, que es el 24 polo económico del mundo con el impulso de la pequeña empresa.