Manuel Cuevas – ¿Un arma contra la pobreza?

Manuel Cuevas – ¿Un arma contra la pobreza?

En los últimos 30 años, la República Dominicana sufrió una gran transformación, nuevos sectores emergieron para reemplazar aquellos tradicionales, en la estructura de la producción nacional, causando cambios significativos en el modo de vida de la población. En el 2001, la transición demográfica podía ser vista al través del numero de personas empleadas 72.2 por ciento en las áreas urbanas, comparados con el 27.8 % en las áreas rurales. Los servicios son la columna vertebral de la economía, tanto en términos de valor agregado como en cantidad de empleos. El turismo ha contribuido a la creación de una economía más diversificada.

La actividad turística, a pesar de ser una de las actividades más dinámicas desde los inicios de la pasada década, está lejos de ser un verdadero motor de desarrollo para la sociedad dominicana. Aspectos como la poca participación democrática en el planeamiento turístico, la no construcción de una relación con otros sectores económicos, la poca atención que se presta a la creación de empleos y el todo incluido limitando el gasto en los establecimientos locales, han reducido el impacto socio económico de esta industria en el país.

De acuerdo con el Banco Mundial, los indicadores sociales continúan siendo débiles en la República Dominicana, comparados con países que se encuentran en igual escala de desarrollo. La industria turística dominicana tiene grandes retos por delante. El costo para apoyar el turismo continua subiendo para los suplidores locales y para el gobierno. En el país, continua considerándose la actividad turística en un bajo perfil político, esto a pesar de su importancia socio económica.

Aun no se reconoce que por la diversidad de los ambientes de negocio y las inversiones publicas y privadas involucrados, por sus efectos en muchos otras actividades, económicas, la naturaleza horizontal del turismo. Un gran numero, de los campos políticos como aquellos de la empresa, del transporte y el desarrollo regional son afectados directamente. Además, las metas de desarrollo relacionadas con la actividad turística incluyen crecimiento económico, modernización, justicia distributiva, transformación socio económica, reorganización del espacio, sostenibilidad.

Gobiernos van y vienen; expresando la necesidad de relanzar el turismo, sin llevar a cabo acciones concretas, estas intenciones se quedan en «promesas». En mayo del 2004 se celebraran las elecciones presidenciales, el acontecimiento no puede pasar desapercibido, el sistema político dominicano es eminentemente presidencialista. Si las ofertas electorales buscan interpretar las aspiraciones de la población, entonces estas, entre otros temas debieran hacer énfasis en los aspectos que se refieren al incremento de la producción, creación de empleos, aumento de la captación de divisas extranjeras. El país necesita crear riqueza. Una nación, como la nuestra, que ha dejado de ser totalmente rural, pasando a ser parte de la economía global, pudiera hallar en el turismo, el mejor mercado para una gran variedad de productos y actividades, proporcionando un estimulo vital a la producción regional. Nos preguntamos; han fallado los políticos? Existe en el país algún sector capaz de dar las respuestas políticas que requiere una industria, de naturaleza tan fragmentada como la industria turística y con la suficiente voluntad para convertir a esta, en el mediano plazo en una herramienta valida contra la pobreza en la República Dominicana?

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