Manuel de Jesús Galván:
el autor de la novela Enriquillo sufrió
desprecios por anexionista

<P>Manuel de Jesús Galván: <BR>el autor de la novela Enriquillo sufrió <BR>desprecios por anexionista</P>

POR ÁNGELA PEÑA
Antes que reparar en que fue el autor de Enriquillo, considerada la mejor novela escrita en América, en su conducta intachable como servidor público y en que fue una de las grandes figuras de las letras dominicanas, Manuel de Jesús Galván ha sido relegado, atacado por haber sido partidario de la anexión de la República a España, secretario particular de Santana, colaborador de Lilís y de las autoridades españoles y hasta porque era hijo natural.

 Aunque ocupó funciones de importancia en el gobierno de Ulises Espaillat, definido como el más liberal de los gobernantes nacionales, a Galván se le acusa de conservador, sus demás libros apenas se conocen y mencionan y más que enaltecerlo y resumir su actuación pública como jurisconsulto, periodista, escritor, maestro, publicista, se le identifica como anexionista, hispanófilo que se empeñó en reclamar la fama de los españoles, autor de un libro único, entre otras críticas.

 El historiador y sociólogo Manuel Núñez, quien ha reivindicado a Galván y rescatado del olvido su producción escrita, considera que éste ha sido juzgado muy negativamente porque, por lo general, a los intelectuales se les exige que sean una especie de Cristo Jesús, de sacrificados, de hombres que lleven una  carga social superior.

 Dice el reputado lingüista que no quiere justificar las acciones de Galván que los demás condenan pero explica que al nacer éste “se produce una eclosión de patriotismo y cuando tiene diez años, en 1844, comienza a percibir un poco lo que había sido su infancia en la que estuvo vigente la circular de Boyer que prohibía la enseñanza de la lengua española, la memoria de lo que fueron las invasiones haitianas con el incendio de las iglesias y todas las exacciones hechas por los haitianos”.

 “Galván entra en la historia a los veinticinco años como secretario de Santana en un momento en que existían dos corrientes: una patriótica, que había sido derrotada cuando él tenía doce años, y una anexionista”. Cita los factores económicos, militar y demográfico que prohijaban el ideal anexionista y explica que después “del error de Sánchez que produce el Golpe de Estado y asume el control de la Junta Central Gubernativa, los dos caudillos que toman el poder, que son Santana y Báez, eran ambos anexionistas”. Galván, señala, “entró en la política en el trillo anexioncita y defendió a Santana, pero lo que Galván hizo por Santana no fue menor a lo que hizo Sánchez por Santana. Sánchez, a quien le habían fusilado a su hermano Andrés y a su tía María Trinidad, fue quien llamó a Santana “patriota necesario” y formó parte de la Junta que el mismo Santana destituyó”.

 Añade que Sánchez “fue el fiscal de Santana en el caso del hombre que más luchó por nuestra Independencia, Antonio Duvergé, Sánchez se inscribió en la Matrícula de Segovia y fue todo el tiempo baecista, y en épocas muy alternativas, santanista. Sin embargo, a Sánchez nadie le reprocha la vinculación de larga data que tuvo con Santana. El abogado de Santana no fue Galván, el abogado de la causa de Santana fue Sánchez”, dice.

 Se le pregunta  por qué contrapone a Sánchez para justificar las aristas negativas de Galván y no admite justificarlo, sino ver “por qué es tan indulgente el historiador con Sánchez y tan duro con Galván”. En su defensa del autor de Enriquillo, involucra también a Mella: “No fue Galván quien viajó a España a negociar la anexión, fue Mella, el patriota Mella, no obstante se lo han perdonado. Con Galván existe una especie de odio”.

 Para Manuel Núñez, el que Galván haya apoyado y servido a Santana “tiene su justificación porque Santana y Báez eran los únicos líderes que existían en el país y tanto Mella como Sánchez fueron santanistas y baecistas. Lo que no se le puede aceptar a Mella y a Sánchez, tampoco se le puede pedir a Galván”.

 También acepta Núñez el que Galván sirviera al tirano Ulises Heureaux. “Lilís es la culminación del Partido Liberal, es un hijo de Luperón, aunque luego se sublevó contra su padre. Su colaboración con Lilís, que luego creó la trilogía Duarte, Sánchez, Mella, viene justamente por sus relaciones con el Partido Azul, con el Partido Liberal”.

 Núñez no ve lo de hispanófilo como reprochable porque, a su juicio, “el anexionismo era una de las soluciones que se veían en aquella época en que había el protectorado, como el de Marruecos, como el intento de Maximiliano en México, y hubo otros. Yo no conceptúo la hispanofilia  como sinónimo de racismo ni de antidominicanidad, la hispanidad es un componente de la dominicanidad y Santana entendía que la anexión iba a beneficiar el país, era la idea de aquella época, porque se entendía que España iba a invertir lo que invirtió en Cuba. El anexionismo  es algo que precede a Galván, que él heredó y que viene como consecuencia fuerte de la derrota del movimiento trinitario que se produce después del golpe de Estado, cuando Sánchez es incapaz de arrestar a Santana y tomar el control de la guerra”.

MÁS QUE UNA CALLE

El autor de El ocaso de la nación dominicana considera que si a Galván “se le pone en el celemín con los otros que tienen nombres de calles, incluso con algunos trujillistas que no escribieron nada, que eran articulistas malos y corifeos del régimen y tienen calles esplendorosas, ni siquiera se les puede atribuir talento en comparación con el primer escritor dominicano del siglo XIX”.

 Significa que es “el primer hombre de cultura en la época, maestro de generaciones, difusor cultural y el autor de la tradición novelesca dominicana”. Añade que el escritor tiene sobrados méritos para que una calle honre su memoria. “Si lo comparas con Prats Ramírez o con cualquiera de esa caterva de personajes que solamente están vivos en el recuerdo de sus compañeros de farra, y no en la obra, pues evidentemente que Galván tuvo una participación histórica importante. El Enriquillo, por otro lado, va a perdurar”.

 Manuel de Jesús Galván nació en Santo Domingo el diecinueve de enero de 1834, hijo de María Candelaria Galván Cordero. Se ha dicho que su padre fue Francisco Javier Abreu. Casó con Francisca Velásquez, madre de sus hijos Angela Demerici, Enrique Julio Silverio, Eugenia Teresa de las Mercedes, Manuel de Jesús, Rafael María Octavio y Juan Luis Arturo. La esposa murió en mayo de 1896 y contrajo segundas nupcias con su prima María del Carmen Galván.

 Ocupó funciones públicas en todos los gobiernos que sucedieron a Santana, incluidos los de Espaillat, Guillermo, Woss y Gil, entre otros. Fundó la Sociedad Amantes de las Letras y los semanarios El Oasis y La Razón, creado por el gobierno con el objetivo de neutralizar la propaganda contra la reincorporación”. Además de Enriquillo publicó El arreglo de la cuestión dominico-española. Manuel Núñez, quien escribió un voluminoso ejemplar sobre Galván, rescató sus novelas Elvira y Manfredo, La puericracia, Federico o el aburrimiento, La Alcahueta y toda su prosa diplomática.  Galván se retiró de la vida pública a los setenta y dos años de edad. Después de la caída de los liberales, manifiesta Núñez, se refugió en Puerto Rico donde murió en 1910.

LA CALLE GALVÁN

 El trece de noviembre de 1934 fue bautizada con el nombre de Galván la calle que nace en la César Nicolás Penson, en el sector La Agudita, y se extiende hasta la San Juan Bosco, en el barrio del mismo nombre.

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