Manuel de Js. Peña y Reynoso

Manuel de Js. Peña y Reynoso

Universidad del Caribe rescata la obra dejada por destacado intelectual y maestro dominicano

POR ÁNGELA PEÑA
Manuel de Jesús de Peña y Reynoso dejó en Cuba una obra escrita valiosa, profusa, y es recordado allí como un destacado intelectual, gran maestro de generaciones, pero es muy poco lo que se conoce de él en la República Dominicana. Esa es la razón por la que la Universidad del Caribe ha comenzado a rescatar sus escritos y el de otros ilustres coterráneos que al igual que él residieron en la hermana antilla, como Fabio Fiallo y Max Henríquez Ureña.

 El doctor José Andrés Aybar Sánchez ofreció la información al referirse a un reportaje sobre el ilustre escritor publicado en HOY, deplorando que no se hiciera mención en él del libro “Lecciones Elementales de Retórica” que publicó el educador y político en 1882 y cuya primera edición en el país auspició la academia que preside.

 “Esa publicación es una joya de la literatura. Vi que tú no hablaste de ella. Él la escribió y aquí no se conocía, no estaba en ningún archivo o biblioteca, ni privado ni público”, afirmó.

 Relató que al tener noticias del libro conversó con sus amigos cubanos Fernando Vecino Alegret, ex ministro de Educación Superior; Luis Céspedes, jefe de asesores del ministerio de Educación Superior, y Juan Vela, ex rector de la Universidad de La Habana y miembro del comité central del Partido Comunista Cubano. Céspedes le localizó el facsímil.

 “Alguna vez lo habíamos visto citado en notas o en listas de obras consultadas, pero no lo habíamos podido detectar. Nuestros investigadores estuvieron en las más grandes bibliotecas del país y en el Archivo General de la Nación donde nos confirmaron, rotundamente, que ese libro no existía en la República Dominicana”.

 Significó que la alta casa de estudios  reprodujo el libro para que los dominicanos “conozcan la obra de un ilustre compatriota que emigró a Cuba producto de las luchas intestinas que se dieron aquí a mediados del siglo antepasado”.

 De Peña y Reynoso, manifestó, “se quedó en Cuba. Nadie habló de él, milagrosamente hay una calle que lleva su nombre, pero tú sales y le preguntas al ciudadano común y no sabe por qué se la asignaron, a lo mejor te dicen que es un héroe del 14 de Junio o que luchó en la revolución de abril de 1965, pero no conocen la actividad destacada que tuvo Peña y Reynoso en Cuba como maestro de primaria, elemental, superior, eso fue él en Cuba. Este libro es literatura pura”.

 En el siglo XIX y principios del XX, agregó, “la República estuvo llena de intelectuales de primer orden. Antes de que llegara Hostos, había literatura amplia, intelectuales de fuste diseminados por todo el país. Esa generación desapareció completamente con las emigraciones políticas, la gran mayoría se fue a Cuba, otros fueron a Puerto Rico pero la gran emigración intelectual dominicana va a Cuba, se arraiga, crea familia, Cuba los acoge de una manera magistral, con mucho cariño, los siente cubanos, y la prueba es la cantidad de trabajos literarios que estas personas producen allí, que plasman en publicaciones, la mayoría desconocidas por los dominicanos”. Dijo tener informes de que hay que cantidad de artículos  de Peña y Reynoso en la prensa cubana de aquella época.

 “Nosotros tratamos de dar a conocer ese trabajo. Producto de esa inquietud son estos tres libros”, señala José Andrés Aybar Sánchez. Además del De Peña y Reynoso, la Universidad del Caribe publicó “El balcón de psiquis”, de Fabio Fiallo, con prólogo de Camila Henríquez Ureña, y “Programa de Gramática Castellana”, de Max Henríquez Ureña. Todos, declaró, se distribuyen gratuitamente.

 El principal aporte del libro, destacó, es “dar a conocer a Peña y Reynoso en el país, su literatura, su estilo, sus condiciones de maestro, promover su figura, que la mayoría de los dominicanos no la conocen. Me dio pena, cuando leí tu artículo y aprecié el desconocimiento que hay de este esfuerzo que nosotros hemos hecho por darlo a conocer, mil ejemplares perdidos, no se conocen. Cuando tú no los conoces, es porque la difusión es mínima. La gente da un peso por un libro y lo valora, cuando es gratis, lo que poco nos cuesta, hagámoslo fiesta”, comentó Aybar Sánchez.

 José Andrés Aybar Sánchez y la Universidad del Caribe mantienen excelentes relaciones personales y culturales con los cubanos, enfatizó. Vecino Alegret fue investido Doctor Honoris Causa, por Unicaribe. Recientemente representó su país en la inauguración de un busto a José Martí, en el campus de la institución nacional. Aybar Sánchez, por otro lado, fue reconocido con una placa en la conmemoración del 270 aniversario de fundación de la Universidad de La Habana “por su importante contribución al desarrollo de relaciones académicas” entre los dos organismos.

 “Tenemos acuerdos de trabajo, relaciones estrechas, hemos recibido muchísima colaboración del Ministerio de Educación Superior. Yo asisto cada dos años a “Universitas”, que es una reunión de educación a la que acuden tres o cuatro mil personas a participar. Fidel siempre ha estado presente en ellas, encabezándolas, y espero que las vuelva a encabezar el año que viene”.

El libro de Peña y Reynoso

 Además de las lecciones elementales de retórica, el libro de Manuel de Jesús de Peña y Reynoso, publicado en Santiago de Cuba por “Ravelo y Hermanos Editores”, permite conocer algunos detalles de su vida, aunque pocos, tanto en Cuba como en su tierra natal.

Él anota que el texto, dirigido a profesores y educandos “hispano-antillanos”, es el segundo de varios opúsculos de primera enseñanza que comenzó a escribir en Puerto Plata, siendo director del colegio municipal San Felipe.

 Pretendía, afirma, que “sirvieran de base a las explicaciones que daba y ejercicios que prescribía a mis queridos alumnos de entonces”. Se refiere a los años 1879 y 1880.

 Parece que en Cuba encontró valioso material, aunque no muy abundante, para concluir su obra, pues luego de anunciar el contenido, que no se aparta de “las doctrinas de Salva, Bello y la Academia Española”, dice que en la República carecía de esas fuentes “porque entonces no contaba Puerto Plata con las varias pequeñas pero buenas bibliotecas cuyo establecimiento o cuya organización encabecé, y que favorecen hoy por hoy a los pobres estudiantes que honran aquella población”.

 Es probable que  para la fecha aún estuviera el autor inmerso en actividades políticas. Además de un mayor número de libros de consulta para su gramática dice que carecía del sosiego necesario para compendiar “suficiente y didácticamente tales estudios”.

 El ejemplar  incluye definiciones y explicaciones sobre las divisiones de la retórica, el pensamiento, la producción y la crítica literaria, lógica, ideas y palabras, proposiciones, cláusulas, paráfrasis, ironía, preterición, eufonismo, hipérbole, deprecación, conminación, interrogación, permisión, prosopopeya,  disjunción, adjunción, tropos, metáfora, alegoría, estilo, género, oratoria, exordio, entre otros tópicos que ilustra con ejemplos en prosa y verso.

 Concluye con un brevísimo epílogo:

 “Bien hubiera querido yo que este cuaderno hubiera salido limpio de las numerosas erratas que lo afean; bien hubiera querido, además, ponerle un apéndice que como complemento de sus tres últimas lecciones contuviera una noticia histórica de la literatura castellana en Ambos Mundos, un modelo clásico de cada una de las más comunes producciones literarias en verso y algunos ensayos críticos; pero no he tenido ni tiempo ni serenidad para ello. Si esta edición es acogida con benevolencia, realizaré estos deseos en la segunda”.

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