Luego de expandirse el famoso “macuteo” y corrupción rampante en la policía, se propuso sanearla separando a los llamados “manzanas podridas” de los agentes honestos, lo que no ha progresado, aunque pocos lo mencionan, porque dejar sin el uniforme a delincuentes es aumentar exponencialmente el número de maleantes dentro de las ciudades.
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He retomado la frase manzanas podridas porque todos sabemos que los policías no son militares, sino civiles armados entrenados para proteger a la población colaborando con el orden y exigiendo el cumplimiento de las leyes y porque, hasta donde llega mi conocimiento, nadie ha planteado que dentro de los bancos y las empresas de telecomunicación es muy probable que también existan “manzanas podridas civiles” que colaboren con ciberdelincuentes, hackers nacionales o internacionales para estafar en bancos y compañías telefónicas a numerosos clientes y desgraciadamente ambas categorías de organizaciones tienen que cubrir su prestigio sin admitir sus fallas frente a usuarios que excepcionalmente logran respaldo de los organismos gubernamentales de defensa a los ciudadanos para resarcir sus pérdidas. ¡Oh, Chapulín colorado, cuánta falta que haces!