Hay personas cuya grandeza de corazón no puede describirse con palabras porque sus hechos trascienden y dejan corto cualquier discurso.
Es el caso del fenecido médico maeño Norman Ferreira, educado con un alto sentido de humildad y compromiso social al punto de que siendo un mozalbete perteneció al 14 de Junio en plena dictadura trujillista.
Estudió medicina y cuando estalló la revuelta de abril del 65 en vez de regresar a su pueblo, se quedó recibiendo y atendiendo, sin descanso, a los cientos de heridos que llegaban al hospital Padre Billini.
Ejerció con pasión y amor a favor de todos los sectores de la provincia Valverde llegando a ser director del hospital Luis L. Bogaert desde donde, pese al bajo presupuesto, realizó una encomiable labor de asistencia a favor de los pobres de la región Noroeste.
Lea también: Sierra de Bahoruco en la mira de los depredadores
Ocupó cargos públicos como embajador en Ecuador y fue electo alcalde del municipio de Mao (1999-2002) por el entonces PRD de Peña Gómez de que quien fue amigo desde la infancia, ejerciendo una sindicatura ponderada positivamente hasta por sus adversarios políticos que siempre lo respetaron.
El Ayuntamiento local declaró 3 días de duelo y sus honras fúnebres constituyeron, ayer jueves, una verdadera expresión de dolor de un pueblo agradecido. E.P.D.