En el mismo lugar donde el huracán Dean redujo a escombros sus viviendas, los residentes del sector La Playita de Manresa observaban temerosos la furia del Mar Caribe que, otra vez, amenazaba con atacarlos.

Las promesas de reubicación de las más de 20 familias y la construcción de un muro de contención se disiparon en el tiempo y hasta ayer a las 11:00 de la mañana, cuando se presentaron funcionarios de Salud Pública, nadie había vuelto.

“En los días del desastre vinieron y nos trajeron madera y zinc para 15 casitas, pero nadie volvió para hacerlas, las levantamos nosotros mismos y ahí la tenemos sin piso”, expresó Francisca Bautista, de 31 años.

La mujer dijo que en esta ocasión no tenía donde ir porque se refugiaba en casa de su padre, pero este abandonó la zona debido a que su  vivienda fue cubierta de arena hasta el techo  y le dañó todo sus ajuares  el año pasado.

 A su paso por la parte Sur de República Dominicana en agosto del 2007, el huracán Dean provocó la súbita crecida del Mar Caribe destruyendo las mismas viviendas que volvieron a ser levantadas por los residentes del citado barrio, ubicado en el kilómetro 13 de la autopista 30 de mayo.

 Pero no quieren salir. Aunque se quejaron  que ninguna autoridad los había visitado hasta casi el mediodía, los residentes de La Playita mostraron disgusto cuando el doctor Julio César Vásquez de Salud Pública les avisó que debían abandonar el área.

 El motivo era que temían dejar sus ajuares a expensas de vándalos por lo que preferían esperar.

Ante su negativa Vásquez les anunció que brigadas de la Defensa Civil los sacarían por la fuerza para llevarlos a refugios y que trataría de garantizarles vigilancia en sus viviendas.

Mientras el pastor William Robles se quejó que las autoridades permitieran la  construcción de viviendas en el lugar, conociendo el peligro que representa.

Robles llamó a las autoridades para que desalojen el área y reubiquen a las familias.