EFE. REPORTAJES. Poco es lo que se conoce de esta región situada en el sudeste de Europa. Aunque su nombre lleve a engaño, se trata de un entorno donde la naturaleza de vivos colores cobra protagonismo. Playas paradisíacas, ríos de aguas cristalinas, históricas construcciones enclavadas en piedra, o casas de ensueño, son algunos de los tesoros que alberga este mar lleno de mitos, visto desde la óptica turca.
Cuenta la leyenda que el nombre de Mar Negro surge por la viudas de los marineros que se adentraban en el agua para no regresar jamás. Muchos lugareños, en cambio, comentan que a causa de las abundantes lluvias, el mar se revuelve ocasionando ese tono azul oscuro. Un análisis etimológico hace referencia a la lengua turca, donde Mar Negro significaría Mar del Norte, ya que el Mediterráneo, más al Sur, es llamado Mar Blanco.
Los expertos no parecen ponerse de acuerdo en este origen, pero lo que queda claro es que la zona es un regalo de la naturaleza.
Un mar azul y verde
Una parada obligatoria es el pequeño pueblo de Ünye, al norte de Turquía. Esta ciudad de puerto contiene hermosas costas de arena blanca en las que es fácil cobijarse bajo los cientos de árboles que prestan su sombra a pie de playa.
Pero Ünye tiene también historia
Las ruinas del castillo que llevan el mismo nombre que la ciudad presentan una curiosa tumba excavada en mitad de una montaña de difícil acceso. En estos momentos se lleva a cabo una restauración de la zona que incluye la construcción de un pintoresco hotel de lujo, según los propios obreros que trabajan en el terreno.
Paradójicamente, azul y verde son los colores del Mar Negro. Hay zonas en las que también predomina el gris de las piedras dejando de lado las habituales playas de arena fina. Como consejo: admirar el paisaje del atardecer sentado sobre unos guijarros es adentrarse en la atmósfera palpitante de esta zona.
El Mar Negro es algo más que agua salada
Hay innumerables ríos que se convierten en principales atractivos turísticos. Uno de los más impresionantes es Üzum Göl o Río Largo.
Aquí es habitual encontrarse mujeres con çarþaf, un manto negro que cubre el cuerpo y parte del rostro femenino. Esto es debido a la gran cantidad de turistas árabes que acuden al famoso lago ubicado en la región de Trebisonda.
Las casas de madera son el lugar ideal para olvidarse de las grandes urbes, ¡y las instalaciones son de primera calidad!
El té y las uvas
Esta gran ciudad costera posee, además, uno de los monumentos más impresionantes del litoral. Se trata del monasterio de Sumela, encajado en lo alto de una montaña. Todo visitante que se deleite con una buena caminata disfrutando del arte encontrará aquí su rincón favorito.
El Mar Negro también es conocido por dos tipos de cultivos imprescindibles para sus habitantes: el té y las uvas. Es fácil encontrarse a los vecinos recolectando hojas de parra para la elaboración del tradicional plato llamado sarma, donde se envuelven alrededor de una mezcla de arroz y carne. La costa del Karadeniz todavía no ha sido explotada de forma masiva por el turismo, pero son muchos los locales que empiezan a sacar provecho de sus maravillas.
Las claves
1. Agua dulce y salada
El Mar Negro es algo más que agua salada. Hay innumerables ríos que se convierten en principales atractivos turísticos. Uno de los más impresionantes es Üzum Göl o Río Largo.
2. Zona de cultivo
También es conocido por dos tipos de cultivos imprescindibles para sus habitantes: el té y las uvas. Es fácil encontrarse a los vecinos recolectando hojas de parra para la elaboración del tradicional plato llamado sarma, donde se envuelven alrededor de una mezcla de arroz y carne.
Para el visitante no pasarán desapercibidas las mansiones que se ocultan tras la vegetación. Generalmente son de corte clásico y tonos pálidos.