LOYDA PEÑA
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Los altos riesgos de accidentes en las carreteras, el elevado costo del transporte, los peligros de playas y balnearios para los niños, y otras razones de pesos, han motivado que durante el asueto de la Semana Santa un número cada vez mayor de familias de bajos ingresos opten por montar playas artificiales en las calles de los distintos barrios de esta Capital.
La escasez de agua que es casi permanente en los sectores marginales al centro de la ciudad, no es óbice para que la gente compre una piscina plástica cuyo precio oscila en los RD$500 y RD$7,500, dependiendo de la calidad y el tamaño, y la llene con camiones de agua que compran a un máximo de RD$1,000.
En sectores tan populosos como el 27 de Febrero, se formó una playa en la calle 8, que nada tenía que envidiarle a Boca Chica.
Decenas jóvenes, adultos y niños, disfrutaban del agua, o recostados sobre la arena bajo un paragüitas, escuchaban música o comían espaguetis.
Se trata de una tradición que data ya de varios años, y que es organizada por los vecinos del sector, según manifestó el coordinador del Grupo de Apoyo Comunitario, Víctor Mañón.
Aunque con menor colorido, pero no con menos movimiento, la escena de la playa artificial es costumbre también en los barrios Villa Consuelo, Villa Marina y en el ensanche Luperón.
En estos sectores, vecinos se unen, hacen un serrucho para comprar la piscina, el agua, la bebida y la comida, y comparten juntos familiares y vecinos.
Piscinas grandes para los adultos, y las pequeñas para los más chicos.
Lo hacemos así porque es menos costoso y menos peligros que ir a la playa, uno puede estar pendiente de sus hijos, y hay menos probabilidad que hayan heridos o muertos, dijo Bélgica Mejía, una residente en Villa Consuelo.
Pero no solamente las familias y los vecinos preparan sus piscinas en los frentes de sus casas, sino que también, en una nueva modalidad, algunos colmadones han dispuesto de estos bañaderos móviles en el frente de sus negocios para los clientes que desearan bañarse mientras ingerían alcohol.
Todo un ejemplo de confraternidad y de la necesidad de unificar esfuerzos por objetivo común.
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Los Juegos
Dominó
El juego de dominó no podía faltar entre los vacacionistas que optaron por quedarse en la Capital, muchos de los cuales ocupaban las aceras y algunos hacían apuestas con cervezas o ron.
Baloncesto y béisbol
Los más jóvenes aprovecharon la tranquilidad de las calles debido al escaso tránsito de vehículos, para improvisar canchas y jugar baloncesto o béisbol.
Música y alcohol
Son dos elementos que andan siempre de la mano y de los cuales este Viernes Santos disfrutaron los más fieles seguidores de Baco.
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